
«Siento un poco de aire en los pulmones», dice un amigo de un exrehén liberado de Gaza
Patricia Martínez Sastre
Tel Aviv, 15 feb (EFE).- A las 8:06 GMT vítores de alegría estallaron este sábado en la ya conocida como Plaza de los Rehenes en Tel Aviv, donde alrededor de un centenar largo de israelíes presenciaron en remoto la liberación de Iair Horn, Dekel-Chen y Alexander Trufanov de la Franja de Gaza, tras más de 16 meses de cautiverio.
«Siento que me entró un poco de aire en los pulmones. Recibir esta noticia, verlo que camina y que, dentro de todo, se le ve bien», dice a EFE el argentino Alan Jatemliansquy en referencia a la puesta en libertad del israeloargentino Iair.
Jatemliansquy, sin embargo, teme qué pueda pasarle al hermano pequeño de este, Eitan Horn, aún secuestrado y cuyo nombre no está incluido entre los 33 que deben ser liberados antes de marzo. En total, aún quedan 73 cautivos en Gaza, entre ellos más de una treintena ya muertos.
Desde el inicio del alto el fuego, el pasado 19 de enero, un total de 19 rehenes (además de cinco nacionales tailandeses de forma imprevista) han sido liberados en seis canjes con Hamás a cambio de más de un millar de presos y detenidos palestinos; muchos de ellos gazatíes que estaban en arresto administrativo sin cargos.
Como Jatemliansquy, muchos de los israelíes presentes hoy en la plaza concuerdan que Israel tiene el deber de traer de vuelta a todos los secuestrados, incluso si eso significa poner fin de forma definitiva a la guerra en Gaza, durante la que más de 48.000 palestinos perdieron la vida.
«Todos los rehenes necesitan volver a casa y (hacerlo) pronto, muy pronto porque sino no sobrevivirán. Una vez todos estén de vuelta, veremos qué hacer (con la guerra)», dice a EFE Boaz Mishaan, israelí y amigo del también aún rehén Tsahi Idan, con quien trabajó durante muchos años en una compañía tecnológica.
Mishaan reconoce que no sabe nada del destino de su amigo Idan. Dice que, como todos, de vez en cuando escucha rumores y que lo único que espera es que siga con vida. Según Hamás, entre los 33 rehenes cuya liberación debe completarse en febrero, ocho de ellos están muertos.
El pasado martes, el kibutz Kisufim confirmó que el aún rehén y vecino del kibutz Shlomo Mansur, de 86 años, había muerto -según información de inteligencia- durante el ataque múltiple de Hamás del 7 de octubre, en el que murieron otras 1.200 personas.
También se cree que la argentina Shiri y sus dos hijos Kfir y Ariel -de 2 y 5 años, respectivamente- se encuentran entre los fallecidos, ya que el brazo armado de Hamás anunció en noviembre de 2023 su supuesta muerte en bombardeos israelíes y, dada su edad, debería haberlos liberado entre los primeros.
El padre de los niños, Yarden Bibas, abandonó Gaza el pasado 1 de febrero y, en su primera declaración pública seis días después, rogó al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, que traiga a su familia de vuelta con vida.
«Les secuestraron dentro de sus casas, algunos de ellos (estaban) en pijama», dice Jatemliansquy, que repite que Israel debe cuidar de sus ciudadanos en lugar de abandonarles.
«Le podía haber pasado a cualquiera», lamenta el joven. EFE
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