¿Por qué Suiza deja de creer en las religiones?
La religión en Suiza sufre una profunda crisis de identidad. Por primera vez en la historia, un espacio en blanco concentró el mayor porcentaje de respuestas en un sondeo relativo a las creencias religiosas de la gente.
Una encuesta religiosa reveló que actualmente hay más personas que consideran no profesar ninguna religión (34%), que aquellas que se consideran católicas (32%).
En 1970, prácticamente todo el mundo se adhería a las confesiones cristianas vinculadas al catolicismo o a la Iglesia protestante evangélica reformada en proporciones muy parecidas a las citadas previamente. Hoy, la población que considera no ser creyente de ninguna religión encabeza la lista.
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¿Cuáles son las causas que explican este fenómeno y es posible hacer algo para revertir el retroceso?
En los países occidentales, en particular, las creencias religiosas que estaban profundamente arraigadas se han visto constantemente desafiadas por la evidencia científica, y los sermones impartidos en el púlpito se disputan la atención con la cultura popular y otras distracciones seculares.
Mensajes religiosos anacrónicos
La encuesta Religión 2022 de la Oficina Federal de Estadística (OFS) reveló que los jóvenes de las zonas urbanas son el grupo más proclive para dar la espalda a las religiones tradicionales organizadas.
“Los mensajes clave del cristianismo no han cambiado, a pesar de que existe una necesidad constante de adaptarlos a la realidad de una sociedad que se transforma”, dice a SWI swissinfo.ch Urs Winter-Pfändler, director de proyectos científicos del Instituto Sociológico Pastoral Suizo (ISP).
Adicionalmente, la Iglesia católica enfrenta un desafío muy serio y directo: su pérdida de credibilidad entre la población suiza.
Tras años de negar estos episodios, un informe independiente reveló en 2023 más de 1.000 casos de abusos sexuales de la Iglesia católica, que se remontan en algunos casos hasta 1950.
En ese informe hay perjudiciales revelaciones que han acelerado un éxodo de fieles católicos que ya está en plena efervescencia desde hace tiempo. En 2022, un total de 34.561 personas abandonaron la Iglesia católica suiza, según el ISP.
Casi el mismo número decidió dejar la Iglesia Evangélica Reformada ese año (30.102). El número de abandonos católicos ha aumentado en los últimos meses, pero aún no se conocen las cifras exactas.
Éxodo católico
“Con picos extremos en septiembre y octubre, el año 2023 marcará sin duda un récord anual de salidas, pero confiamos en que la tendencia se estabilizará en 2024”, dijo Urs Brosi, secretario general de la Conferencia Central Católica Romana de Suiza (RKZ), en una declaración enviada por correo electrónico.
Aunque la Iglesia católica espera que el éxodo de miembros indignados se ralentice en 2024, también sabe que el número de creyentes seguirá reduciéndose.
“Por el momento parece imposible invertir la tendencia hacia la secularización”, admite Brosi. “Por ello, nos estamos preparando para compactarnos y perder miembros, recursos financieros, personal y edificios eclesiásticos”.
Según Urs Winter-Pfändler, recuperar a los creyentes que se han ido alejando se anticipa como una tarea difícil y de largo plazo.
“La Iglesia no puede limitarse a poner un cartel en la plaza del pueblo diciendo: ‘Tengan fe en nosotros'”, dice. “La credibilidad sólo puede restablecerse a través de pasos pequeños, pero concretos, que demuestren que la Iglesia sí está teniendo en cuenta los intereses de la gente”.
Otras religiones siguen siendo claramente minoritarias en Suiza y crecen muy despacio. Por ejemplo, la proporción de musulmanes pasó del 3,6% de la población en 2000 al 5,9% en 2022. En el mismo periodo, el judaísmo creció del 0,7% al 1,3%.
Un poder superior
Esto significa que la mayoría de las personas que abandonan las iglesias cristianas terminan en la categoría “sin afiliación religiosa” en la encuesta federal elaborada en Suiza. Sin embargo, aunque cada vez más personas abandonan las religiones organizadas, a muchos de ellos la religión no les ha abandonado por completo.
“Casi un tercio de las personas que se manifiestan sin afiliación religiosa consideran, no obstante, que son parcial o abiertamente espirituales”, afirma la OFS. “La religión o la espiritualidad pueden jugar un rol relativa o altamente importante en situaciones concretas -incluso para quienes no tienen una afiliación religiosa- como en los momentos difíciles de la vida (28%) o en las enfermedades (22%).”
“Alrededor del 30% no cree en uno o varios dioses, sino más bien en un poder superior”.
Para Urs Winter-Pfändler, el culto aislado es un mal sustituto de la oración comunitaria y no puede reemplazar a la religión organizada.
“No está mal que los individuos practiquen su propia fe al margen de las religiones organizadas. Pero, al final de la historia, las personas somos seres sociales. Necesitamos la compañía de otros, comunidad y estructuras para vivir nuestras vidas”, añade.
“La Iglesia ofrece muchos servicios a la sociedad, como visitas a los hospitales, educación, orientación espiritual, asesoramiento en los procesos de duelo y ayuda a refugiados o a personas sin hogar. Creo que sería agotador para cualquier persona pensar en todas estas cosas a la vez”, puntualiza.
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Texto adaptado del inglés por Andrea Ornelas/Carla Wolff
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