Trazan el ‘mapa’ de la respuesta inmunitaria humana en un trasplante de riñón de cerdo
Redacción Ciencia, 13 nov (EFE).- El trasplante durante dos meses de un riñón de cerdo genéticamente modificado a un paciente en muerte cerebral permitió realizar un ‘mapa’ detallado de la respuesta inmunitaria, lo que puede contribuir a mejorar los resultados de futuros ensayos clínicos y a entender mejor las causas del fracaso de un xenotrasplante.
Los resultados se presentan en dos investigaciones que publica Nature. La primera se centró en estudios fisiológicos y la segunda en la respuesta humana ante el órgano del animal desde el punto de vista inmunológico.
Una de las preguntas era saber si ese órgano modificado genéticamente puede reproducir las actividades fisiológicas y funcionales de un ser humano y, por lo tanto, servir, de forma eficaz como sustituto.
“La buena noticia es que la respuesta parece ser afirmativa”, dijo en una rueda de prensa virtual el investigador Robert Montgomery, del Instituto de Trasplantes Langone de la Universidad de Nueva York y firmante de uno de los artículos.
El trasplante de riñones de cerdo modificados genéticamente, junto con un tratamiento para suprimir la respuesta inmunitaria, ha mostrado hasta aquí resultados prometedores. Sin embargo, la respuesta que conduce al rechazo no se comprende completamente, ya que los estudios que analizan ese proceso se habían limitado a períodos cortos.
Durante los dos meses del actual estudio, los investigadores hicieron frente a dos situaciones de rechazo del órgano, la primera a los 33 días, si bien se logró “la reversión completa” y sin dañar el órgano, algo que es la primera vez que se consigue en un xenotrasplante, agregó.
Lo “inusual” de este caso es que pudieron hacer durante dos meses el seguimiento del xenotrasplante, realizado en un paciente de 57 años en muerte cerebral, con un corazón en funcionamiento y respiración asistida, dijo el investigador.
Esto permitió realizar tomas de sangre, tejidos y fluidos corporales a un ritmo que no se puede realizar de forma segura en pacientes vivos o en ensayos con primates. “Creo -indicó- que podría ser el ser humano más estudiado de la historia”.
Episodios de rechazo
Así se pudo rastrear la red de interacciones que se producen entre las células inmunitarias cuando un órgano porcino es tolerado por un ser humano y cuando sufre un episodio de rechazo.
Los resultados “nos preparan mejor” para anticipar y abordar las reacciones inmunitarias perjudiciales, lo que sienta las bases para que, en un “futuro próximo, se realicen ensayos clínicos más exitosos”.
Los investigadores descubrieron que los episodios de rechazo estaban provocadso por anticuerpos (proteínas inmunitarias que ‘marcan’ sustancias extrañas para su posterior destrucción) y por células T, que atacan y destruyen invasores específicos.
Montgomery reiteró la importancia de mantener el estudio dos meses, para poder observar la respuesta inmunitaria adaptativa. Episodios de rechazo se sabe que se dan y “somos muy buenos gestionando” los que se producen en trasplantes entre personas, pero «no sabíamos cómo sería en un xenotrasplante» y “ fuimos capaces de revertirlo por completo”.
El equipo midió los niveles de diversos biomarcadores sanguíneos, que se muestran prometedores como sistema de alerta temprana para el rechazo de órganos porcinos.
Las reacciones inmunitarias específicas reveladas en la investigación proporcionan “objetivos claros» para terapias que mejoren el éxito de los xenotransplantes y aborden «la grave escasez de órganos disponibles”, destacó Brendan Keating, de la Escuela Grossman de Medicina de Nueva York y uno de los firmantes del segundo artículo.
Edición genética minimalista
Para el ensayo se usó una edición genética del riñón “muy minimalista”, solo del gen alfa-gal, presente en los órganos porcinos y que provoca un rechazo inmediato cuando se trasplantan a seres humanos. A los dos meses, seguía funcionando bien y sin problemas importantes.
Además, se trasplantó parte el timo del animal, que es el órgano que educa al sistema inmunológico, pues estudios previos de parte del equipo habían señalado que reduce el ataque inmunitario al órgano donado, un enfoque que pareció funcionar en este caso.
Montgomery resaltó la importancia de estos estudios con los que se sabe que cuando se implanta un riñón de cerdo en una persona “es capaz de “hacer la mayoría de las cosas que hace” uno humano.
En el caso de las cosas que no hace “o bien tenemos redundancia y no lo necesitamos necesariamente, o hay algunos medicamentos que necesitamos suplementar. Aparte de eso, estamos listos para seguir adelante” investigando, señala. EFE
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