Un filme revive la búsqueda de Claude Lanzmann, memoria del Holocausto, en su centenario
Nerea González
París, 26 nov (EFE).- «No tenía más que la nada», se repetía Claude Lanzmann durante su búsqueda para retratar el Holocausto que dio pie al monumental filme ‘Shoah’ (1985), en el que el cineasta francés hace emerger durante 9 horas y media aquellos horrores que ya no existían a través de las palabras y gestos de quienes lo vivieron.
Rescatada de sus memorias y archivos, esa cita sobre su gran obra maestra ha dado título al documental ‘Je n’avais que le néant: Shoah par Lanzmann’, dirigido por el también realizador francés Guillaume Ribot a partir de los cientos de horas de metraje que Lanzmann filmó a lo largo de los 12 años que trabajó en el proyecto.
Esta nueva película, que fue proyectada por primera vez en la Berlinale en febrero pasado, ha recorrido ahora el camino hasta París, donde Lanzmann falleció en 2018, justo en vísperas del centenario de su nacimiento en Bois-Colombes en 1925, que se cumple este 27 de noviembre.
«Estoy muy emocionada porque sé que le hubiera gustado vivir su tiempo. Le hubiera gustado incluso vivir varios cientos de años», explicó la viuda del cineasta, Dominique Lanzmann, en una entrevista con EFE con motivo del preestreno de ‘Je n’avais que le néant’ en la sede de la Unesco, en un acto que sirve de homenaje y de puesta en valor de ‘Shoah’, que también cumple 40 años.
Y es que se trata de una cinta que en 2023 quedó inscrita en el Registro de la Memoria del Mundo de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, algo que la propia familia del cineasta impulsó por considerarlo clave para preservar el legado de este documental revolucionario.
«Para mí, era un pilar que garantiza precisamente ‘Shoah’ frente a los giros que pueda dar la historia, ya que no sabemos lo que puede ocurrir en las próximas décadas, como el negacionismo», aseveró Dominique Lanzmann, casada en 1995 con el cineasta.
Ella considera que su gran servicio a la humanidad fue lograr representar el Holocausto a partir de «la nada», porque «los nazis habían borrado todas las huellas», y lograr inscribirlo en la «conciencia del espectador».
«Parecía imposible», resaltó la que fue su última esposa.
Un ‘shock’ estético
Esa virtud también ha fascinado al público y a los profesionales del cine durante las últimas cuatro décadas, como al propio Guillaume Ribot, quien espera que su película sea una puerta de entrada a que la gente se anime a ver ‘Shoah’, un filme que «muchos conocen, pero no tantos han visto», debido a su extensión de más de nueve horas.
«Para mí fue un ‘shock’ estético absoluto», detalló Ribot sobre sus sentimientos al visionar cuando era un adolescente la gran obra maestra del también autor de títulos como ‘Pourquoi Israël’ (1972) o ‘Napalm’ (2017).
‘Je n’avais que le néant’ recupera concretamente fragmentos de la propia conciencia de Lanzmann, ya que están sacados de sus memorias y archivos personales, y los contrapone al material del rodaje, que está disponible en formato digital en los archivos del Museo del Memorial del Holocausto de Washington.
Aparece así un genio que duda, que en ocasiones se siente perdido sobre qué rumbo tomar, pero sobre todo que pelea para sacar adelante su película. Incluso cuando tiene que grabar a escondidas a los represores nazis que vivían aún tranquilamente en Alemania.
«Aprendí a estar en su intimidad, casi. Oso emplear esa palabra con Claude Lanzmann aunque no lo conocí (…) Lo que descubrí fue a un hombre absolutamente increíble», destaca Ribot, quien además siente una conexión especial con él porque trabajó como fotógrafo en lugares como Ucrania, donde tuvo que enfrentarse igualmente al desafío de retratar la tragedia a partir de la nada.
Dado que Lanzmann se mostró reacio en vida a ciertas utilizaciones de sus imágenes, su familia continúa vigilando su aparición en otros proyectos fílmicos. Pero el de Ribot, que les llegó entre múltiples proposiciones simultáneas de otros autores, les convenció porque prometía respetar la «radicalidad» de su cine.
«Yo no aparezco», resaltó Ribot, quien asegura que realmente abordó las imágenes de Lanzmann como si estuvieran vivas, y no como simple material de archivo para construir otra narrativa diferente.
«Es un filme que yo pienso que podría haber hecho nuestro hijo», agregó por su parte Dominique Lanzmann, en referencia a Felix Lanzmann, que falleció de cáncer en 2017, con 23 años. EFE
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