Visita sorpresa de Trump a tropas estadounidenses en Irak, primera a zona de conflicto
Donald Trump viajó a Irak para una visita sorpresa de unas pocas horas en que se reunió con soldados estadounidenses, y aprovechó su primer viaje a una zona de conflicto desde que fuera elegido hace dos años para justificar su decisión de retirar las tropas estadounidenses de Siria.
«Estados Unidos no puede seguir siendo el gendarme del mundo, es injusto cuando la carga entera la llevamos nosotros», dijo el miércoles en la base aérea de Al Asad, a unos 160 km al oeste de Bagdad, donde aterrizó pasadas las 19H00 locales (16H00 GMT) junto a su esposa Melania.
Según un tuit de la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, el objetivo del viaje es «visitar a nuestras tropas y al comando militar superior para agradecerles por su servicio, su éxito y su sacrificio, y para desearles una feliz Navidad».
Respondiendo a los periodistas, Trump aseguró que, si bien retirará las tropas estadounidenses de Siria, no «planea para nada» retirarlas de Irak, «por el contrario», puesto que ve la posibilidad de utilizar a este país «como una base si tuviéramos que intervenir en Siria».
A pesar de que el gobierno iraquí declaró la «victoria» sobre el Estado Islámico (EI) hace un año, el grupo yihadista continúa perpetrando ataques, incluso en Bagdad.
«Si vemos que el EI hace algo que no nos gusta, podríamos golpearlo tan rápido y tan fuerte que ni siquiera se daría cuenta de lo que le está ocurriendo», precisó, sin descartar «volver a ayudar» en Siria «en un momento dado», si las circunstancias lo requieren.
– ¿Tiempo de irse? –
«Estamos esparcidos por todo el mundo. Estamos en países de los que la mayoría de la gente ni siquiera ha escuchado hablar. Francamente, es ridículo», señaló Trump.
Pero, las reducciones de tropas estadounidenses en zonas de conflicto, y la abrupta forma en que fueron anunciadas, provocaron alarma entre los aliados de Washington y en las filas del partido del propio presidente, y estuvieron entre las causas de la renuncia del secretario de Defensa Jim Mattis, quien fuera uno de los pesos pesados de la administración de Trump.
En su carta de dimisión, inusualmente enérgica, Mattis reprendió al presidente destacando la «firmeza» de sus propias posiciones respecto a la necesidad de «tratar a los aliados con respeto y de ser sincero respecto a los actores malignos y los competidores estratégicos».
Trump también recibió críticas de Francia y de otros aliados, así como de figuras importantes de su propio partido Republicano.
– «Divergencias» –
La oficina del primer ministro iraquí, Adel Abdel Mahdi, dijo que «dio la bienvenida» a Trump y «lo invitó a visitar Bagdad». Pero, una reunión planeada con el primer ministro fue eliminada de la agenda, por «divergencias de puntos de vista respecto a su organización», y reemplazada por una conversación telefónica en la que se trató sobre todo el tema sirio.
Según Sanders, por razones de seguridad, las autoridades iraquíes fueron advertidas sólo dos horas antes de la hora programada por los estadounidenses para la reunión. Pero Mahdi se encontraba demasiado lejos para participar
No obstante, Trump invitó a Mahdi a Washington, dijo la oficina, y «las dos partes acordaron continuar fortaleciendo las relaciones comunes entre los dos países».
La portavoz del ejecutivo estadounidense señaló además que el secretario de Estado, Mike Pompeo, viajará a Bagdad el 11 de enero.
La visita de Trump a Irak provocó la cólera entre los grupos iraquíes apoyados por Irán, que integran un bloque clave en el Parlamento. La milicia Harakat al Nujaba destacó que la presencia de las fuerzas estadounidenses en Irak constituye «una violación a la soberanía del país» y que es «el deber del gobierno expulsarlas».
Después de dejar Irak, este jueves, Trump puso rumbo a Alemania, donde él y Melania se detuvieron para saludar a los cientos de soldados de la base aérea de Ramstein, desde donde partieron de regreso a Estados Unidos.
Fue la primera vez desde su elección en noviembre de 2016 que Trump, a menudo criticado por no haber hecho antes algo que se convirtió en una tradición tras los atentados del 11-S de 2001, se reúne con militares estadounidenses en zona de conflicto.