
Bandos rivales afganos se comprometen a establecer una «hoja de ruta para la paz»

Los talibanes y altos responsables afganos concluyeron este lunes una reunión de dos días en Doha, sentando las bases para nuevas negociaciones entre Estados Unidos y los combatientes.
Organizado por Catar y Alemania, el encuentro, que comenzó el domingo y terminó la noche del lunes, coincide con la voluntad de Estados Unidos de retirarse de Afganistán tras 18 años de intervención militar, la guerra más larga de su historia.
La reunión concluyó con una declaración conjunta que promete una «hoja de ruta para la paz», basada en el lanzamiento de un proceso de paz monitoreado, el regreso de los desplazados internos y la no interferencia de las potencias regionales en Afganistán.
El texto incluye también la voluntad de «garantizar los derechos de las mujeres en los asuntos políticos, sociales, económicos, educativos y culturales de acuerdo con y dentro de el marco islámico de valores islámicos».
«No es un acuerdo, sino las bases para iniciar las negociaciones», dijo a la AFP una de las delegadas, Mary Akrami, directora ejecutiva de la Red de Mujeres Afganas.
«Lo mejor es que las dos partes estuvieron de acuerdo», añadió.
Unos 70 delegados afganos, entre talibanes y representantes políticos –-incluidos opositores-– y de la sociedad civil, así como organizaciones de mujeres, participaron en la reunión en un hotel de lujo en Doha.
La sala de reuniones estalló en aplausos cuando se terminó de leer la declaración conjunta –primero en pastún y luego en farsi darí–, poco antes de las 21H00 GMT.
«Las diferencias son escasas […] estamos sinceramente sorprendidos de la seriedad de ambas partes y de su compromiso para poner fin a este conflicto», dijo el enviado especial de Catar para antiterrorismo, Mutlaq Al Qahtani
– «Las más productivas» –
El secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, celebró el domingo el diálogo y elogió al «gobierno [afgano], a la sociedad civil, a las mujeres y a los talibanes» por su participación.
Este encuentro interafgano se celebró tras una ronda de conversaciones directas entre negociadores estadounidenses y talibanes la semana pasada en Doha, calificadas por Zalmay Khalilzad, negociador jefe de Estados Unidos, como «las más productivas» hasta ahora.
«Queremos un Afganistán estable», dijo a la prensa al margen de las conversaciones este lunes.
Los talibanes dijeron estar «contentos con los avances».
Esta fue la tercera reunión de este tipo, tras dos rondas en Moscú en febrero y mayo.
Las conversaciones entre los afganos se celebraron sin la participación directa de Estados Unidos ni la presencia oficial de representantes del gobierno de Kabul, pese a estar reconocido por la ONU, que solo estuvieron en presentes en calidad «personal».
Los talibanes rechazan negociar con el presidente afgano, Ashraf Ghani, al que consideran una marioneta. Su gobierno también quedó excluido de las negociaciones directas entre Estados Unidos y los talibanes.
Estas conversaciones se reanudarán el martes, también en Doha.
Washington busca un acuerdo con los talibanes antes de la elección presidencial afgana del 1 de septiembre, y quiere allanar el camino para la retirada de las tropas estadounidenses, que llegaron a finales de 2001, tras los atentados del 11 de septiembre de ese año.
Cualquier acuerdo de paz con los talibanes reposa sobre cuatro pilares: un alto el fuego permanente, la retirada de las tropas estadounidenses, la garantía de que Afganistán no sea usado como santuario de grupos terroristas y un diálogo interafgano.
Pero hay asuntos espinosos, como el reparto del poder con los talibanes, el futuro de la administración Ghani, el papel de las potencias regionales (Pakistán, Irán e India) y los derechos de las mujeres.
En el terreno, los talibanes, que se consideran en posición de fuerza, continúan sus operaciones. Un atentado suicida que reivindicaron dejó al menos 12 muertos y más de 150 heridos, entre ellos decenas de niños, el domingo en el este de Afganistán