
Bolivia honra a la Pachamama en su mes entre pedidos de prosperidad y un buen Gobierno
Gabriel Romano Burgoa
La Paz (Bolivia), 1 ago (EFE).- Decenas de bolivianos acudieron este viernes a los sitios sagrados, muchos de ellos situados a más de 4.500 metros de altitud, para pedir prosperidad en el inicio del mes de la Pachamama o Madre Tierra y rogar por un «buen Gobierno» tras las elecciones generales del 17 de agosto.
«Estamos en un buen año para entregar nuestras mesas (ofrendas), vamos a salir adelante como país, como Bolivia y con los nuevos mandatarios», dijo a EFE Wara Condori, una maestra consejera especializada en los ritos y ofrendas a la Pachamama.
Condori también dijo que el bienestar de Bolivia, que en los últimos años ha pasado por problemas como la falta de dólares y combustibles, además de la inflación, dependerá «del trabajo de las nuevas autoridades» y que quien encabece el Gobierno sea «una persona capaz».
El mes de agosto es el señalado para hacer las ofrendas a la tierra porque marca el fin del ciclo agrícola en el mundo andino, por lo que se entiende que la Pachamama «está con la boca vacía» y necesita reponerse con las ofrendas que le dan las personas.
Algunos creyentes suelen hacer las ofrendas en sus casas en las ciudades, también en tiendas comerciales, mientras que otros asisten a sitios sagrados o ‘apachetas’ que generalmente están a gran altitud para entregar sus regalos a la Madre Tierra.
Uno de esos sitios es La Cumbre, ubicada a unos 25 kilómetros al norte de La Paz, a casi 4.500 metros sobre el nivel del mar, y que es un punto que conecta el altiplano con la región subtropical de Los Yungas, y que se cree tiene «potencia energética».
Decenas de personas se situaron hoy en el montículo principal, en la que hay una gran estatua de un Cristo con los brazos abiertos, que también representa el sincretismo entre el catolicismo y las creencias andinas.
Muchos de los asistentes estuvieron en el lugar desde la noche anterior en compañía de una fogata, música y bebidas calientes, hasta la salida de los primeros rayos del sol, que recibieron con las palmas abiertas y rezos espontáneos para pedir bienestar.
«Hemos venido a hacer una mesita, son cuatro años que hago seguido. Desde mi hogar, desde mi formación, mi abuelita ponía mesas en casa para agradecer a la Pachamama», dijo a EFE Patricia Luna, que asistió al lugar con su esposo.
Rituales y tradición
Las mesas u ofrendas se estructuran a partir de leños apilados y en la parte superior se colocan los elementos o símbolos que se cree pueden dar prosperidad, como incienso, arroz, azúcar, tablillas dulces de colores que representan el dinero, amor y la salud, entre otros bienes.
También se colocan frutas y se distingue entre aquellas que son verdes y que sirven para atraer clientes o dinero, de las rojas, para pedir amor, fortaleza y armonía.
Las mesas se adecuan a las necesidades de cada creyente, algunas son más sencillas, mientras otras mucho más elaboradas tienen un mantel de base junto a un animal muerto que se entrega a la Tierra, como un cochinillo que simboliza abundancia y beneficios materiales y espirituales.
En otros casos se utilizan algunas plantas aromáticas, copal o los conocidos sullus o fetos de llama, asi como la grasa de este animal típico de las alturas.
Las ofrendas son presentadas muchas veces por comerciantes que han iniciado un negocio, mineros que piden una buena producción y profesionales que han decidido emprender un camino propio como abogados, médicos o ingenieros.
Los rituales de las mesas u ofrendas son coordinados por guías espirituales andinos o amautas que señalan los tiempos y los pasos que se deben seguir e indican a las personas no dar la espalda a la ofrenda, tener una postura de cara al sol, sin cruzar las manos ni los pies y no tener dobles intenciones.
Este año, el mes de la Pachamama coincide con las elecciones generales para elegir al presidente, vicepresidente y legisladores de Bolivia, además de que el país cumple el próximo 6 de agosto 200 años de su independencia. EFE
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