Capital de Eritrea vuelve a ser atacada desde la región etíope del Tigré

Asmara, la capital de Eritrea, fue atacada de nuevo el viernes con al menos un cohete disparado desde la región disidente etíope del Tigré, contra la que el ejército etíope dirige una operación militar que entró, según Adís Abeba, en su «fase final».
Este disparo de cohete, confirmado a la AFP por cuatro diplomáticos en la zona, reaviva los temores a una escalada regional en el conflicto.
«Ha habido un cohete procedente de Tigré que parece haber caído al sur de Asmara», dijo uno de esos diplomáticos, señalando que no se dispone de información inmediata sobre posibles víctimas o daños.
Otro diplomático declaró que hubo un segundo disparo de cohete en un barrio de Asmara, pero esta información no pudo ser verificada.
Por el momento no se pudo contactar con ningún dirigente del Frente de Liberación del Pueblo del Tigré (TPLF), partido que dirige la región. Ni Etiopía ni Eritrea hicieron declaraciones por ahora.
El TPLF ya reivindicó varios disparos de cohetes contra Asmara a mediados de mes, que cayeron cerca del aeropuerto. Igualmente atacó tres veces la región vecina de Amhara con armas similares.
El primer ministro Abiy Ahmed, que obtuvo el año pasado el premio Nobel de la Paz por un acuerdo con la vecina Eritrea, anunció la «tercera y última fase» de la operación militar lanzada el 4 de noviembre contra el TPLF, con el ataque de Mekele, la capital de la región. Pero no hay ninguna información sobre la situación en el lugar.
Los dirigentes del Tigré, del TPLF, se encuentran atrincherados en Mekele, asediada ahora por las fuerzas federales y que, antes del conflicto, contaba con 500.000 habitantes.
– «Mantener el orden» –
El papa Francisco llamó el viernes a las partes en conflicto a cesar la violencia en el país.
«El Santo Padre […] lanza a las partes en conflicto un llamado a cesar la violencia, a proteger vidas, en particular las de los civiles, para que la población pueda recuperar la paz», declaró un comunicado del Vaticano
La comunidad internacional, preocupada por la situación de los civiles en Mekele, ha presionado al primer ministro, pero éste ha rechazado «cualquier injerencia en los asuntos internos» de su país.
Entre otras iniciativas figura la de la Unión Africana (UA), cuya sede está en la capital etíope, Adís Abeba, y que nombró a tres enviados especiales.
Se trata de los expresidentes de Mozambique, Joaquim Chissano, Liberia, Ellen Johnson-Sirleaf y de Sudáfrica, Kgalema Motlanthe, que llegaron el miércoles a la capital etíope.
El gobierno etíope se había comprometido a recibirlos «por respeto», pero declinó cualquier propuesta de mediación.
El viernes, Abiy Ahmed expresó en un comunicado su «agradecimiento» a los enviados especiales, por su compromiso a ofrecer «soluciones africanas a los problemas africanos».
Pero también recordó que su gobierno tenía «la responsabilidad constitucional de mantener el orden (en el Tigré) y en el resto del país», subrayando la paciencia que se ha mostrado ante las «provocaciones» y la «agenda de desestabilización» del TPFL.
El secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, se congratuló del encuentro con los enviados de la UA y urgió a todas las partes «que aprovechen esta oportunidad vital para resolver este conflicto pacíficamente».
Guterres también hizo hincapié en la necesidad de «garantizar la protección de los civiles, los derechos humanos y el acceso a la asistencia humanitaria en todas las zonas afectadas».
– Atrincherados en Mekele –
El conflicto, que ha llevado a más de 43.000 etíopes del Tigré a refugiarse en Sudán, ha causado centenares de muertos, pero no existe aún un balance preciso.
Según las agencias humanitarias, el número de refugiados podría pasar de los 43.000 actuales a 200.000 en los próximos meses.
Entretanto, 24 horas después de la orden dada al ejército federal etíope, no era posible saber si la ofensiva contra Mekele había efectivamente comenzado este viernes. El Tigré está casi aislado del mundo, lo que hace difícil verificar con una fuente independiente los anuncios de los diferentes bandos.
Las autoridades regionales del Tigré afirmaron el viernes que el ejército federal bombardeaba «ciudades y pueblos», pero aseguraron que «la lucha va a continuar (…) hasta que el invasor sea expulsado del Tigré», según declararon a la televisión local Tigray TV.
El jueves, la televisión oficial etíope EBC había afirmado que los dirigentes del TPLF estaban atrincherados en varios lugares de Mekele, entre ellos un cementerio, un museo y un auditorio, y que se comunicaban por «radio militar».
Abiy Ahmed justificó el envío del ejército a principios de noviembre al Tigré tras acusar al TPLF de convocar comicios regionales «ilegítimos» y de haber atacado dos bases militares federales en la región, información desmentida por las autoridades locales.
Desde 1991, tras derrocar a un régimen militar-marxista en Adís Abeba, el TPLF llegó a controlar el poder en Etiopía durante más de 25 años, hasta ser progresivamente marginado por Abiy cuando éste llegó al poder en 2018.