
Chelsea Manning, de informante de WikiLeaks a ícono transgénero

Soldado discreto convertido en símbolo de la lucha contra los secretos de gobierno y luego ícono transgénero, la exinformante de WikiLeaks Chelsea Manning hizo un recorrido sorprendente, marcado por siete años de prisión, que concluyeron este miércoles.
De sus primeros pasos en libertad, hasta ahora solamente se vieron sus pies, en una foto que la joven de 29 años envió en un tuit. Salió de la prisión militar de Kansas 28 años antes de lo previsto, gracias a un indulto otorgado por el expresidente Barack Obama.
«Lo que sea que me depare el futuro, será mucho más importante que el pasado. Busco ahora cosas que me apasionen, extrañas y realmente nuevas para mí», declaró.
Durante el juicio celebrado en 2013, la acusación había presentado al joven militar rubio como un ser egoísta y temerario, que sabía perfectamente que al transmitir documentos secretos a WikiLeaks, serían subidos a la red y consultados por enemigos de Estados Unidos, principalmente por Al Qaida.
Por su parte, su abogado David Coombs describió a quien todavía se llamaba Bradley Manning como «un joven ingenuo y bien intencionado» impulsado a divulgar documentos secretos tras la conmoción que le produjo lo vivido en Irak.
Analista de inteligencia, había copiado y subido a internet entre noviembre de 2009 y mayo de 2010 miles de documentos secretos del gobierno estadounidense sobre la guerra en Irak y Afganistán, además de 250.000 telegramas del Departamento de Estado.
Poco antes de recibir su condena a 35 años de prisión, el joven sorprendió al manifestar su deseo de convertirse en mujer, iniciando un combate judicial para lograr que la administración militar habilitara el tratamiento hormonal necesario para ello.
«A partir de ahora, para esta nueva fase de mi vida, quiero que todos sepan quién soy realmente. Soy Chelsea Manning, soy una mujer», expresó en una breve declaración leída en la cadena NBC, en presencia de su abogado David Coombs.
Pero Chelsea Manning debió luego continuar su lucha para ser tratada como una mujer, en la prisión para hombres de Fort Leavenworth (Kansas, centro de EEUU).
– Rechazado por su padre –
La detenida, que ahora tiene senos, pudo vestir ropa interior femenina, pero debió conservar el cabello corto, dentro de los cinco centímetros reglamentarios.
Pese a numerosos apoyos que le permitían comunicarse por Twitter o acceder a una crónica en The Guardian, Chelsea Manning tuvo varios episodios de depresión y dos intentos de suicidio en 2016.
Bradley Manning había entrado al ejército en 2007. Luego de una infancia difícil, con padres alcohólicos en una granja aislada de Oklahoma (sur), padeció las burlas de sus camaradas por su inclinación «intelectual» y problemas de identidad sexual.
A causa de su homosexualidad, su padre lo expulsó de su casa.
Luego de su arresto, Manning había afirmado que solamente se había interesado en documentos de los que estaba «absolutamente seguro de que no afectarían» a la seguridad nacional.
Muy interesado en geopolítica y tecnologías de la información, había explicado que quería «provocar un debate público sobre las fuerzas armadas y la política exterior» de Estados Unidos.
Pero la «filtración» del siglo provocó una tempestad en la diplomacia mundial y escándalo en Estados Unidos.
Sus partidarios habían lanzado incluso una petición para que le sea otorgado el premio Nobel.
«No evalué completamente las consecuencias de mis actos», había declarado sin embargo al final del juicio.