
Desde la religión a la seguridad: cómo los colonos justifican la ocupación de Cisjordania
Verónica Snoj
Asentamiento de Itamar (Cisjordania), 23 jul (EFE).- Encaramado sobre una colina cerca de Nablus, el asentamiento de Itamar domina un paisaje montañoso. Al igual que las más de cien colonias israelíes en Cisjordania ocupada, la de Itamar es ilegal según el derecho internacional, pero sus residentes dicen que nunca se irán del lugar que consideran el corazón de la historia judía.
«El rey David, Abraham, Isaac y Jacob caminaron por estas colinas. Esta es la porción central de la tierra de Israel, donde comenzó nuestra historia como pueblo judío», afirma a EFE el rabino Moshe Goldsmith, líder espiritual de Itamar, junto a la sinagoga de este asentamiento.
Goldsmith nació en Estados Unidos y emigró a Israel con su esposa impulsado por el deseo de vivir en consonancia con sus creencias. «No nos sentíamos cómodos en una ciudad de Israel. Queríamos algo más profundo, conectar con nuestra historia, con nuestros héroes bíblicos. Así llegamos a este lugar llamado Itamar», explica.
Por ello, insiste en que su presencia aquí no es negociable. «Una persona judía no puede estar realmente completa si no vive en la tierra de Israel», dice sobre una premisa por la que está dispuesto a luchar. «Si no lo hiciéramos, no estaríamos aquí hoy», asegura.
De acuerdo con el derecho internacional, todo asentamiento en territorio ocupado mediante conquista militar -como hizo Israel con Cisjordania en 1967- constituye una violación grave. Sin embargo, en el marco legal israelí, estos asentamientos han sido regularizados, y existen mecanismos para ir absorbiendo los nuevos (conocidos como ‘outposts’).
Desde el estallido de la ofensiva bélica israelí en Gaza, al menos 964 palestinos han muerto en Cisjordania, según datos de la ONU, la mayoría por fuego israelí; pero una minoría en ataques de colonos. Estos están detrás también de la muerte de ganado, el destrozo de olivares y la quema de casas de palestinos.
Solo en lo que va de julio, decenas de colonos mataron a dos palestinos en Cisjordania, cerca de la aldea rural de Sinjil: uno durante una paliza que, según testigos, duró horas; el otro por golpes y un tiro en el pecho.
Goldsmith, sin embargo, califica los ataques de colonos hacia los palestinos como «incidentes esporádicos», y asegura que el verdadero problema es el «intento de los árabes de socavar la existencia del pueblo judío en la tierra de Israel».
Supuesto «cinturón de seguridad» para Israel
Más allá del fervor religioso o mesiánico que impulsa a colonos como Goldsmith a establecerse en Cisjordania ocupada, otros lo hacen movidos por supuestas razones de seguridad nacional; una dimensión que el propio rabino también menciona.
Es el caso de David Stern, exmarino estadounidense de 44 años y hoy colono israelí en el ‘outpost’ (inicio de asentamiento, incluso ilegal en Israel) de Alumor, quien asegura que su decisión de vivir aquí no responde únicamente a motivos espirituales.
En su visión, los asentamientos judíos en Cisjordania ocupada forman un «cinturón de seguridad» que protege a Israel, y no solo eso: como muchos otros, cree que el ataque letal perpetrado por Hamás en octubre de 2023 pudo suceder porque los colonos que ocupaban parte de Gaza tuvieron que salir el enclave en 2005.
«Está absolutamente demostrado que cuanto más asentamientos haya, más seguro será Israel como país», comenta.
No idealiza la vida en la zona, donde habita con su esposa y sus cuatro hijos. Dice que hace dos años sobrevivió a un ataque a tiros cerca de la ciudad palestina de Huwara, pero que nunca pensó en marcharse. «Cuando vives en un lugar como este, desarrollas cierta apatía. Simplemente sigues adelante», comenta.
«Los judíos estarán aquí para siempre»
Ya a finales de 2023, más de 500.000 colonos israelíes residían en Cisjordania ocupada (sin incluir Jerusalén Este ocupado), según datos del Instituto Central de Estadística de Israel. Su expansión se ha acelerado a la sombra de la ofensiva bélica en Gaza, y desde octubre de 2023, Israel ha creado al menos 40 nuevos asentamientos y 89 ‘outposts’, según datos de la ONG Peace Now.
Como afirma a EFE Davidi Ben Zion, jefe adjunto del Concejo Regional de Samaria -una entidad administrativa israelí que supervisa los asentamientos israelíes en el norte de Cisjordania, entre ellos el de Itamar- los colonos no van a irse a ningún sitio.
“Los judíos de Judea y Samaria (término bíblico con el que Israel denomina oficialmente a Cisjordania) estarán aquí para siempre. Nadie podrá trasladarlos ni expulsarlos”, afirma desde la zona industrial de Barkan, cerca del asentamiento de Ariel.
“Si se quiere hablar de una solución realista, lo primero es asumir que los judíos que viven en Judea y Samaria no se irán. El otro lado debe entenderlo”, añade.
“Algunos, tal vez en Europa o en sectores de izquierda en Israel, siguen vendiendo la (…) solución de dos Estados y que los judíos de Judea y Samaria simplemente se mudarán a otras zonas de Israel. Pero no es realista”, insiste Ben Zion.
Según él, el conflicto no va a terminar en un futuro próximo.
«El mundo occidental, el mundo democrático, no logra entender que hay problemas que no se resuelven firmando un papel. La solución a este conflicto puede tardar 50 años. A veces, es triste pensar en la herencia que recibirá la próxima generación», asegura.EFE
vsj-mgs/pms/ig
(foto)(video)