
Empresa suiza implicada en el negocio de armas Rusia-Venezuela

Galika AG, distribuidor suizo de máquinas-herramientas, facturó millones de dólares con un negocio de armas entre Rusia y Venezuela, según revela hoy el diario Tages-Anzeiger. El Gobierno suizo y la Secretaría de Estado de Economía no estaban al tanto.
Entre 2005 y 2013, Venezuela recibió de Rusia material bélico por valor de 11 000 millones de dólares. Un meganegocio en el que está involucrada Galika AGEnlace externo.
La empresa con sede en Volketswil (cantón Zúrich) asegura que desconocía que Venezuela era el destinatario final de las máquinas-herramientas que vendía a la sociedad rusa Rosoboronexport.
Según el equipo de investigación del grupo editor Tamedia (al que pertenece el Tages-AnzeigerEnlace externo), las máquinas exportadas estaban destinadas a la fábrica de armas del régimen chavista en la ciudad de Maracay, en la que se prevé producir cerca de 25 000 Kaláshnikovs AF-103 al año.

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Suiza impone sanciones a Venezuela
Galika AG no ha confirmado ni desmentido que Venezuela fabrique Kaláshnikovs con las máquinas-herramientas que la empresa vendió a Rusia.
En marzo de 2018, el Gobierno suizo prohibió la venta de armas a Venezuela. Sin embargo, desde el año 2000 esas exportaciones eran “muy restrictivas” y se limitaban prácticamente a piezas de recambio para la marina venezolana, según la Secretaría de Estado (Seco).
En el caso de Galika, Seco asegura que no sabía nada de la venta de máquinas-herramientas suizas a Rusia y, luego, a Venezuela.
Notificación y autorización previa
Al no tratarse de material bélico, sino solamente de máquinas que pueden servir para producirlo, en principio no se necesita la autorización previa de Seco.
No obstante, Seco hubiera tenido que ser informada de esta transacción. De acuerdo con las medidas de precaución del seguro suizo contra los riesgos de exportación SERVEnlace externo, en el caso de la venta de una máquina-herramienta a una empresa de armas en un Estado autoritario donde la situación de los derechos humanos es complicada, SERV debe notificar la transacción y solicitar autorización.
El seguro SERV admite que “no reconoció” que el cliente final era la Compañía Anónima Venezolana de Industrias Militares y se limitó a examinar al comprador ruso. Por consiguiente, el acuerdo de venta se firmó sin notificar a Seco ni al Gobierno suizo.
Críticas
Varios políticos critican la actuación de SERV. «Es inaceptable que Rusia y Venezuela hagan negocios de armas y Suiza esté involucrada en ellos sin que la Confederación lo sepa”, sentencia Rosmarie Quadranti, diputada y presidenta del grupo parlamentario del Partido Burgués Democrático (PBD, centroderecha).
El senador y presidente de la Comisión de Política de Seguridad, Josef Dittli, exige que se analice a fondo este caso y se adapte la ley si se demuestra que hay alguna laguna legal.
Según el diputado de los Verdes, Balthasar Glättli, debe ser obligatorio que las empresas notifiquen a Seco cuando realizan transacciones con material que puede servir para la producción de armamento.
No obstante, los políticos coinciden en que tampoco es apremiante endurecer el régimen de exportación. «La mayoría de las exportaciones no son problemáticas”, señala Balthasar Glättli. “Pero estos casos problemáticos tan evidentes no deben ser legales».
Tages-Anzeiger, swissinfo.ch/bc

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