
El Sudeste Asiático, gran exportador a EE.UU., espera en vilo los acuerdos sobre aranceles
María Carcaboso Abrié
Bangkok, 31 jul (EFE).- A horas de que concluya la tregua arancelaria de Washington, varios países del Sudeste Asiático, muy enfocado a la exportación y dependiente de Estados Unidos, esperan el pacto definitivo que establezca con qué tasa quedan gravadas sus exportaciones.
Tailandia y Malasia avanzaron este jueves que sus acuerdos comerciales con la primera economía mundial podrían conocerse en las próximas horas, mientras que Vietnam, Indonesia y Filipinas ya han sellado pactos, con aranceles de entre el 19 y el 20 %.
«Los acuerdos ya alcanzados con (otros) países del Sudeste Asiático ofrecen al resto de la región una idea aproximada de lo que pueden esperar», dijo este jueves a EFE Stephen Olson, experto en comercio internacional del Instituto de Estudios del Sudeste Asiático (ISEAS) Yusof Ishak.
«Con la excepción de Singapur, que podría mantener su arancel base del 10 %, el 15 % es probablemente lo máximo que pueden esperar los demás», opinó.
También es probable, añadió, que enfrenten presión de EE.UU. para «reducir o eliminar» su actuación como punto de transbordo de bienes que proceden en realidad de Pekín, una práctica conocida como ‘transshipment’ y atacada por Washington en los pactos sellados con países como Vietnam o Indonesia.
Bangkok y Kuala Lumpur avanzaron hoy que sus acuerdos comerciales con la primera economía podrían conocerse en las próximas horas.
El ministro de Finanzas tailandés, Pichai Chunhavajira, avanzó este jueves en redes sociales que esperan tener noticias de EE.UU. «en 24 horas», en relación a los pactos comerciales.
Y el primer ministro malasio, Anwar Ibrahim, quien también es ministro de Finanzas, recordó que el presidente de EE.UU., Donald Trump, «anunciará mañana a más tardar el nuevo arancel que se impondrá a Malasia», recogió la agencia de noticias Bernama.
Región castigada
Las tasas que Washington anunció para sus aliados comerciales el pasado 2 de abril castigaron especialmente al Sudeste Asiático.
Más allá de supuestamente servir de punto de transbordo de mercancías chinas, hay empresas de China que se trasladaron a esta parte de Asia -principalmente a Vietnam- en el primer mandato de Trump (2017-2021) para, precisamente, evitar los gravámenes impuestos entonces a Pekín.
Días después de anunciar las tasas, que desataron una guerra comercial, el líder estadounidense decretó una primera pausa de las mismas hasta el 9 de julio, aunque finalmente la tregua se alargó hasta este viernes 1 de agosto, si bien una base del 10 % ha estado vigente.
Primeros pactos
Durante el periodo de pausa, llegaron algunos de los primeros pactos arancelarios.
Vietnam, conocido como «la fábrica de China» por la deslocalización de empresas del gigante asiático, suscribió el suyo el 2 de julio y sus tasas quedaron recortadas al 20 %, frente al 46 % previsto en abril.
Sin embargo, Trump impuso una cláusula que duplica la tarifa para bienes enviados por Hanói que procedan en realidad de China, una medida similar a la que recoge el acuerdo con Indonesia, la mayor economía del Sudeste Asiático y la segunda de la región en pactar una rebaja con la Casa Blanca.
Washington cobrará el 19 % en aranceles a Yakarta, al tiempo que el país asiático, con las mayores reservas de níquel del mundo, garantizará acceso a EE.UU. a minerales críticos y se compromete a adquirir aeronaves y energía estadounidenses.
Filipinas también quedó con gravámenes del 19 %, en su caso dos puntos por encima de los previstos en abril, pero uno por debajo del arancel comunicado a Manila a principios de mes, cuando Trump envió cartas a los socios con los que todavía no había suscrito ningún acuerdo para notificarles sobre las tasas que les quería imponer.
Camboya, el país más castigado de la región
Además de Tailandia y Malasia, esperan pactos otros países del Sudeste Asiático como Camboya, que en abril recibió aranceles del 49 %, lo que convirtió al país en el socio comercial de Washington más castigado por detrás de Lesoto, que los obtuvo del 50 %.
A principios de julio, Nom Pen recibió una de las cartas que Trump envió a sus aliados comerciales con los que seguía negociando a falta de un pacto, y sus gravámenes quedaron reducidos al 36 %.
Las mismas misivas llegaron a otros países de la región, entre ellos también Malasia, que vio incrementados sus aranceles del 24 al 25 %, y Tailandia, que los mantuvo en el 36 %.
Esta semana, Trump presionó a Tailandia y a Camboya con dilatar la llegada de un acuerdo comercial hasta que cesara el enfrentamiento armado que el jueves pasado estalló en la frontera que comparten, y en el que ambas partes han acordado un alto el fuego. EFE
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