
El supervisor FSB realizará una prueba en la negociación apalancada de bonos soberanos
Fráncfort (Alemania), 9 jul (EFE).- El Consejo de Estabilidad Financiera va a realizar una prueba en la negociación apalancada (con deuda) en los mercados de bonos soberanos.
El Consejo de Estabilidad Financiera (FSB por sus siglas en inglés) informó este miércoles de que faltan datos para que las autoridades puedan analizar los riesgos que presentan por ejemplo, los fondos de alto riesgo «hedge funds».
A petición de los países del G20, bajo la presidencia de Sudáfrica, el FSB va a crear un grupo de trabajo de datos no bancarios, presidido por su presidente, el británico Andrew Bailey.
Apalancamiento en los mercados de bonos soberanos
Este grupo de trabajo va a realizar una prueba en las estrategias de negociación apalancada en los mercados de bonos soberanos para comprobar los progresos que se pueden realizar.
El FSB publicará un informe de esta prueba a mediados de 2026 y decidirá si es necesario realizar pruebas similares en otras áreas.
El objetivo de esta prueba es que los países del G20 tengan mejores datos para mejorar su capacidad de identificar los problemas del sector financiero no bancario y aplicar las políticas necesarias para afrontarlos.
El pasado mes de abril se produjeron turbulencias en los mercados después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, anunciara unos aranceles más elevados de lo previsto.
Anteriormente se produjeron turbulencias similares en marzo de 2020 en el mercado de bonos del Tesoro estadounidense y en septiembre de 2022 en el mercado gilt de deuda soberana del Reino Unido.
«Los mercados de bonos soberanos están en el centro del sistema financiero y su buen funcionamiento es esencial para la economía real», enfatiza el FSB.
Si inversores como los fondos de alto riesgo venden sus bonos de forma desordenada, caen los precios de los bonos y aumenta su rentabilidad como ocurrió en abril con los bonos del Tesoro estadounidense.
Operaciones base y «carry trades»
Dos estrategias de negociación que usan mucho el apalancamiento en los mercados de bonos soberanos son las operaciones base de futuros de bonos soberanos en efectivo y los «carry trades».
En las operaciones de base se compra por ejemplo el bono soberano en un mercado al contado a un precio y se vende en el mercado de futuros a un precio más alto, obteniendo una ganancia de la diferencia de precio.
Los «carry trades» consisten en endeudarse en una divisa a un tipo de interés bajo para invertir el dinero en otra moneda con una tasa de interés más elevada y obtener ganancias aprovechando la diferencia de tipos de interés.
Los fondos de alto riesgo «hedge funds», las oficinas de gestión de patrimonios familiares, los fondos de inversión basados en el pasivo que usan los fondos de pensiones y aseguradoras y otras entidades de inversión privada usan mucho estas estrategias y pueden tener problemas.
Los «hedge funds» tienen la obligación legal de dar información pero no las oficinas de gestión de patrimonios familiares.
Pese a que los «hedge funds» publican algunos datos, lo hacen con mucho retardo y con pocos detalles, por ejemplo sin un desglose por divisas, por lo que es difícil ver a tiempo la concentración de los riesgos, advierte el FSB.
Muchas posiciones apalancadas se originan en un país pero pueden tener impactos en mercados de otros países por eso el FSB recomienda al G20 unificar la regulación sobre los informes que se deben exigir y compartir la información.
Bailey, que es gobernador del Banco de Inglaterra, destacó la importancia de la cooperación internacional al aplicar medidas políticas para evitar contagios y regulaciones arbitrarias.
Los intermediarios financieros no bancarios son los fondos de pensiones, las aseguradoras y los fondos de inversión libre y se endeudan para poder invertir.
Realizan actividades similares a las de los bancos, pero tienen una regulación distinta, normalmente más laxa.
Desde 2008, las instituciones financieras no bancarias canalizan más ahorro hacia la inversión.
El FSB, cuya sede está en la ciudad suiza de Basilea y se creó en abril en 2009 tras la crisis financiera, recomienda aplicar políticas de forma flexible y proporcionadas para afrontar esos riesgos. EFE
aia/ad