
¿Está la Liga Árabe a punto de desempolvar el asiento de Siria?
Manolo G. Moreno
Beirut, 14 abr (EFE).- Nueve de los países más influyentes de Oriente Medio se reúnen hoy en Arabia Saudí para estudiar un posible levantamiento de la suspensión de Siria en la Liga Árabe, un esperado regreso tras más de una década de repudio que podría desembocar en importante logros políticos y económicos para Damasco.
La membresía de Siria en la entidad panárabe quedó suspendida a raíz de la brutal represión con la que el Gobierno del presidente sirio, Bachar al Asad, respondió a las revueltas populares desencadenadas en su contra en 2011 y que posteriormente dieron lugar a un conflicto armado.
Esa misma razón llevó a muchos países regionales a cortar o enfriar sus relaciones con Damasco, pero varios de ellos han protagonizado un aparente reacercamiento desde los terremotos que golpearon Siria el pasado febrero, devolviendo al tapete el debate sobre su readmisión en la Liga Árabe.
Aunque en la actualidad el papel de la organización roza lo meramente simbólico, el regreso de Siria supondría un fuerte espaldarazo a los intentos por devolver a Al Asad a la arena internacional y podría incluso ayudar a cimentar una eventual recuperación económica para el lastrado país.
Esta son algunas claves para entender las posturas a favor y en contra, y las potenciales implicaciones de la decisión:
1. CON MARGEN PARA UNA MAYORÍA
Si hoy se celebrase una votación en la Liga Árabe, lo más probable es que Siria contase con apoyos suficientes para que su vuelta fuese aprobada por mayoría simple, tal y como estipulan sus estatutos.
De sus 22 miembros, unos pocos mantuvieron relaciones con Damasco de forma ininterrumpida pese a su actuación en 2011, como Argelia y Mauritania, mientras que otros ya se habían decantado por una reconciliación paulatina en los últimos años, entre ellos Emiratos Árabes Unidos, un peso pesado regional.
Algunos equilibrios comenzaron a girar después de que Al Asad lograse retomar la mayor parte del territorio del país con el apoyo de su aliada Rusia y de que, para finales de la pasada década, se hiciese patente que el nuevo mapa de influencias tenía pocas trazas de cambiar pese a que la guerra aún continúa en marcha.
Sin embargo, los seísmos de hace dos meses parecen haber dado un fuerte empuje a los países neutrales, indecisos o contra las cuerdas, pues dejaron un cúmulo de gestos tan significativos como los de Egipto, con visitas a nivel de jefes de la diplomacia, y Túnez, donde Siria reabrirá próximamente su embajada.
2. LOS PRINCIPALES DETRACTORES
Según fuentes diplomáticas consultadas por EFE, el principal escollo a la readmisión de Damasco es Catar, quien participa en la reunión de hoy y cuyo primer ministro, Mohamed bin Abderrahman bin Yassim, insistió anoche mismo en que el país aún «mantiene su postura» contendiente hacia Siria.
Pese a que durante la guerra Riad y Doha apoyaron a distintos grupos de la oposición siria ayudando a su fragmentación, hoy Arabia Saudí estaría tratando de persuadir a Catar para que «no se oponga al regreso de Siria a la Liga Árabe si el tema se somete a votación», de acuerdo con un diplomático árabe.
Otro de los países que ha expresado su desinterés en acercarse al Gobierno de Al Asad es Kuwait, presente hoy en Arabia Saudí.
También podría votar en contra Marruecos, pues Siria ha apoyado históricamente a sus enemigos del Frente Polisario y es aliado de grupos armados que han sido acusados de entrenar a miembros del movimiento independentista saharaui, como la milicia chií libanesa Hizbulá, con supuesto apoyo iraní.
3. ARABIA SAUDÍ DICE SÍ
La postura saudí hacia una potencial normalización con Damasco fue un interrogante hasta hace muy poco, aunque la balanza se fue ladeando hacia el «sí» después de que Riad y Teherán, aliado clave de Al Asad, anunciasen el mes pasado un acuerdo para restablecer sus lazos diplomáticos.
Esta semana, a dos días de que llegasen a Arabia Saudí los jefes de la diplomacia emiratí, catarí, omaní, kuwaití, bareiní, iraquí, jordana y egipcia, visitó el reino por sorpresa el ministro de Exteriores sirio, Faisal al Miqdad, para reunirse con su homólogo saudí, Faisal bin Farhan.
El breve viaje despejó las dudas que quedaban sobre el apoyo de Riad, considerado el líder del eje suní en Oriente Medio y quien hará de anfitrión para la cumbre anual de la Liga Árabe el mes próximo.
4. POR DINERO BAILA EL PERRO
Una readmisión a la entidad panárabe podría servir a Al Asad de piedra angular para un eventual regreso a la arena internacional y, más importante si cabe, para llegar a recoger los frutos económicos de tal prerrogativa.
Lastrada por una grave crisis, doce años de guerra y un gran número de sanciones internacionales, Siria busca desde hace tiempo alternativas económicas y comerciales, y financiación para la reconstrucción del país, algo para lo que los ricos países del golfo Pérsico podrían ser clave.
Occidente ha dejado claro que no va a ayudar a reconstruir el país al menos hasta que haya avances en el proceso político con la oposición, una condición que también ha puesto el mundo árabe, sin que los expertos esperen demasiada rigidez a la hora de demandar su cumplimiento. EFE
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