Un negocio “con impacto social”
Destinada a empresarios noveles y pequeñas empresas, la firma comenzó con 210.000 dólares y aspira a captar inversiones por 70 millones de dólares y tener una cartera de 20.000 clientes cuando se cumpla su quinto año de vida.
El argentino Marcelo Miniati, el chipriota-griego Dinos Constantinou y los brasileños Marcos Pedote y Mauro Albuquerque son los “padres” de “Argentina Microfinanzas”.
“Nosotros conseguimos originalmente los fondos para arrancar y eso lo pusimos, en parte, quienes formaron el proyecto, más varias personas relacionadas al MBA del IMD”, cuenta Miniati y agrega:
“Desde hace seis meses estamos en contacto con distintos organismos multilaterales, fondos de inversión privados –varios ubicados en Suiza- y organismos de gobierno, pero eso es para una segunda etapa, cuando ya esté todo en marcha”.
Un esfuerzo compartido
Destaca que el IMD los ha apoyado muchísimo, los ayudó a darle difusión al proyecto y les facilitó el espacio para trabajar.
Ya se ha seleccionado el primer equipo de oficiales de crédito y los primeros micro créditos están al borde de efectuarse y se concretarán apenas terminen los entrenamientos, en aproximadamente 15 días. Serán de un promedio de 1000 dólares y constituirán una especie de “prueba” de aplicación.
“El atractivo para los inversores es que esto es un negocio rentable que aspira a crecer y a desarrollarse, teniendo un impacto social. Para conseguir los fondos brindamos un retorno atractivo a los inversores, porque no encaramos esto desde un punto exclusivamente social, sino que necesariamente va a ser un negocio profesional y rentable. Invitamos a quienes se interesen en el proyecto a ponerse en contacto con nosotros.”
Otro de los puntos a favor que argumenta Miniati, es que la compañía va a contar con una estructura legal que va a permitir no tener fondos líquidos dentro de la Argentina, sino que los fondos que estén dentro del país lo harán en forma de un crédito.
“Las microfinanzas tienen un track record que es muy superior en cuanto a cobrabilidad que la banca tradicional. Esto ya se ha visto en todos los países donde se generaron proyectos de microfinanzas porque el promedio de incobrabilidad estuvo por debajo de lo que son las bancas comerciales”, explica.
¿Por qué Argentina?
“Argentina no tiene hoy una industria de microfinanzas desarrollada como sí lo tienen Colombia, Bolivia, Perú, Ecuador, muchos países de Latinoamérica y muchos países de Europa del Este”.
“Nuestro país, por distintos motivos –porque en su momento tenía una clase media importante y un sistema financiero que llegaba bien a la gente- nunca tuvo un segmento claro que demande financiamiento de estas características, al punto que la industria de microfinanzas es la de menor desarrollo en Latinoamérica”.
“Después de la crisis eso cambió. El quiebre del sistema financiero y su consecuencia de desaparición del crédito, sumados al aumento de la pobreza y al alto desempleo, hicieron que la gente comience a pensar en sus propios emprendimientos”, argumenta Miniati.
La elección del lugar para comenzar fue muy estudiada: “Queríamos tener en el mediano plazo una presencia en todo el país, sin embargo debíamos empezar por algún lugar sin entrar directo en Buenos Aires. Mendoza se eligió porque es una provincia mediana y tiene dos industrias muy dinámicas: la vitivinícola con sus industrias relacionadas y el turismo receptivo”, concluye entusiasta el empresario argentino.
swissinfo, Norma Domínguez, Buenos Aires
El proyecto cuenta con el aval de una escuela suiza de negocios en cuanto a la formación profesional de sus gestores.
El atractivo para los inversores, según “Argentina Microfinanzas”, es que esto es un negocio rentable que aspira a crecer y a desarrollarse, teniendo un impacto social.
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