
Fundación estadounidense propone una «alianza» a la ONU para repartir su ayuda en Gaza
Jerusalén, 4 ago (EFE).- John Acree, director ejecutivo de la estadounidense Fundación Humanitaria para Gaza (GHF, en inglés), encargada por Israel de distribuir comida en la Franja palestina con un polémico sistema, propuso este lunes a la ONU una «alianza» para repartir la ayuda que almacenan sus camiones varados en la frontera.
En una comparecencia virtual, Acree planteó una alianza con la ONU, organización que ha rechazado en múltiples ocasiones el sistema de reparto de la GHF, que opera solo en cuatro puntos de Gaza (frente a los 400 que tenía la ONU) rodeados de zonas militarizadas en las que se han registrado, según la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), 859 muertos hasta el 31 de julio.
La GHF se lleva encargando de repartir ayuda desde finales de mayo, cuando Israel volvió a dejar entrar ayuda en Gaza tras dos meses de bloqueo total, pero la cantidad que ha distribuido es muy inferior a la que, según las organizaciones internacionales, necesita la sociedad gazatí.
Paralelamente, Israel permitió la entrada de camiones con ayuda de la ONU y otras organizaciones, pero en cantidad mucho menor a la necesaria cada día (500 al día, cuando en junio entraron entre 50 y 100 diarios y en los últimos días, unos 200), lo que ha creado una situación que roza la hambruna en un enclave devastado por la ofensiva israelí que cumple casi dos años.
Además de las muertes cerca de los puntos de la GHF, desde mayo se registran fallecidos (514 hasta fin de julio, según OCHA) en los asaltos a los camiones de la ONU que llevan a cabo cientos de civiles buscando comida y también bandas organizadas gazatíes.
Cientos de esos camiones (miles, según el gobierno gazatí) están acumulados en la frontera de Gaza y las organizaciones humanitarias achacan ese hecho a que Israel no les garantiza rutas seguras.
«Este caos no solo es trágico, sino también inaceptable», dijo Acree sobre los asaltos a los camiones, que no se refirió a los fallecidos cerca de los puntos de la GFH, afirmando en cambio que su fundación ha repartido la comida «sin comprometer a los civiles» ni a sus trabajadores.
«Desde que las Naciones Unidas reanudaron su vital misión de entregar ayuda en Gaza en mayo, el esfuerzo se ha visto constantemente socavado por una dura y peligrosa realidad sobre el terreno: la anarquía, la presencia de bandas armadas y la ausencia de un orden civil funcional», aseguró, y añadió que por ello propone «una alianza entre las Naciones Unidas y la Fundación Humanitaria para Gaza».
Según Acree, esa alianza podría comprender apoyo operativo y de seguridad a los convoyes de la ONU -la GHF contrata para repartir la ayuda a mercenarios-, la posibilidad de repartirla en sus cuatro puntos de distribución y también ampliar el reparto a otras zonas -ninguno de sus puntos está en el norte de Gaza, donde vive más de la mitad de la población-.
El director de la fundación aseguró que han intentado varias veces exponer esta petición a la ONU, pero que o han interrumpido las reuniones o no han respondido a sus cartas.
Hasta el momento, tanto la ONU como otras organizaciones humanitarias que operan en Gaza se han negado a colaborar en este sistema de reparto, que consideran contrario al derecho humanitario al estar militarizado y se produce en escasos puntos que obligan a los gazatíes a caminar kilómetros para llegar allí.
Además, la apertura de los puntos se hace con muy poca antelación (menos de una hora), la comida se acaba en minutos y el criterio para repartirla es a los primeros que llegan en una frenética carrera por conseguir algo de comida, según ha atestiguado EFE, que provoca caos y a veces violencia entre los propios gazatíes, los cuales además se enfrentan al Ejército israelí que dispara en ocasiones a las acumulaciones de gente. EFE
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