Hace un año toda Grecia se quedaba en casa por primera vez

Ana Mora Segura

Atenas, 23 mar (EFE).- Grecia cumple este martes un año desde el primer confinamiento que impuso contra la covid-19 y que encumbró al país como ejemplo en la lucha contra la pandemia. Desde hace casi cinco meses buena parte de la economía vuelve a estar cerrada y la sanidad pública amenaza con colapsar.

Hace un año Grecia decretaba el primer amplio cierre, un confinamiento consecuente que duró 6 semanas y llenó titulares en todo el mundo por haberse impuesto más como prevención ante la situación ya descontrolada en países vecinos que por una crisis sanitaria que no llegaría hasta mucho más tarde.

El 23 de marzo de 2020, toda Grecia se encerraba bajo el lema «Nos quedamos en casa». Ese día tan solo se habían registrado 71 nuevos contagios y la media de la última semana era de 52.

Un año después, el país está inmerso en la tercera ola, con más de 2.000 casos diarios y un millar de ingresos hospitalarios al día.

Este martes, Grecia alcanzó un nuevo récord de intubados con 681 personas conectadas a respiradores, y las uci, especialmente en la región capitalina de Ática, han alcanzado su límite.

Según el presidente de sindicato de personal sanitario de los hospitales públicos griegos (POEDIN), Mijalis Yiannakos, en varias clínicas de Atenas se acumulan los pacientes en los pasillos por falta de espacio.

El ministerio de Sanidad griego se ha visto obligado a movilizar por la fuerza a 206 médicos privados para hacer frente a la asfixia que están viviendo los hospitales públicos en la región capitalina.

LA DISCIPLINA, CLAVE DEL PRIMER CONFINAMIENTO

Entre las claves del éxito del primer confinamiento se contaba la disciplina de la ciudadanía, que se adhirió al distanciamiento social y consiguió así pasar la primera ola sin castigar en exceso a su maltrecha sanidad pública.

El Ejecutivo de la conservadora Nueva Democracia había apostado por una actuación precoz, evitando así tener que poner a prueba a una sanidad castigada por una década de recortes en personal e infraestructura.

A finales de febrero se aplicaron las primeras restricciones, con la suspensión del carnaval que, debido al calendario de la Pascua ortodoxa, se celebraba una semana más tarde que en los países católicos, lo que retrasó la llegada de turistas desde el extranjero en comparación con Italia o España.

El 11 de marzo, cuando todavía no había ningún fallecido y los casos de coronavirus no llegaban al centenar, el Gobierno heleno cerró escuelas y universidades. Dos días después, al confirmarse la primera muerte, se ordenó el cierre de los restaurantes y bares, además de museos y sitios arqueológicos.

EL HARTAZGO Y MEDIDAS FLEXIBLES MARCAN EL SEGUNDO CIERRE

Desde entonces, Grecia, con cerca de 11 millones de habitantes, ha registrado un total de 238.830 contagios por covid y 7.531 fallecimientos. Según los últimos datos, la tasa de positividad es del 12,1 %.

Los expertos atribuyen este cambio de rumbo no solo a la fuerte propagación de la cepa británica del SARS-CoV-2, sino a una metodología completamente distinta que está aplicando el Gobierno en este segundo confinamiento, y a la falta de seguimiento de una población harta de hacer sacrificios.

En lugar de un cierre estricto, el Ejecutivo de Kyriakos Mitsotakis, ha recurrido a lo que ha bautizado como el sistema del «acordeón» o «fuelle»: aperturas y cierres moderados cada cierto tiempo que evitan el colapso total de la economía, pero no frenan en seco la propagación.

TODAS LAS MIRADAS CENTRADAS EN LA VACUNACIÓN

Hace un año los griegos aún se acostumbraban a llevar mascarilla y aprendían a enviar un mensaje de texto para justificar cada salida del domicilio, con la esperanza puesta en un verano normal.

Ya con la «nueva normalidad» como parte del vocabulario, todas las miradas están puestas en el avance de la campaña de vacunación.

Desde que comenzó a finales de diciembre, en Grecia se han administrado 1.436.491 dosis. 459.441 personas han recibido las dos dosis, lo que supone el 4,2 % de sus 11 millones de habitantes.

El Gobierno prevé acelerar la vacunación con la apertura de 272 nuevos centros la semana que viene, lo que sumará 1.073 en todo el país, coincidiendo con la llegada del más de un millón de dosis de vacunas contra la covid-19 que debe recibir de Pfizer/BioNTech, así como 450.000 dosis de AstraZeneca. FE

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