
Inauguran laboratorio de análisis de microplásticos en archipiélago de Galápagos
Quito, 17 jul (EFE).- El archipiélago ecuatoriano de Galápagos, catalogado en 1978 por la Unesco como Patrimonio Natural de la Humanidad, acoge oficialmente desde este jueves el primer laboratorio de análisis de microplástico, que cuenta con el apoyo del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), entre otros.
«Ecuador va a ser referencia a nivel de la región y mundial. Tienen que sentirse muy orgullosos porque esa capacidad que se ha creado no solamente les va a ayudar a ustedes a poder entender cuál ha sido el impacto de los microplásticos en los ecosistemas costero-marinos, sino que va a ayudar a la región y al mundo a entender qué está pasando con los microplásticos», dijo Ester Monroy, oficial gerente de programa de Ecuador, del departamento de Cooperación Técnica del OIEA
El comentario lo realizó durante la presentación el miércoles del Gobierno de Ecuador de su proyecto de Ley Orgánica de Energía Atómica, con el que busca explorar el desarrollo de esta tecnología para garantizar la seguridad energética del país y reducir su dependencia de las centrales hidroeléctricas.
Componentes de plástico
El trabajo en el laboratorio en la isla Santa Cruz permitirá entender cuál es el componente de plástico que está contaminando esa zona de las Islas Galápagos y también cómo impactan a los ecosistemas costero marinos.
El OIEA ha aportado más de 811.000 dólares en equipamiento y formación de personal para el laboratorio, en el que trabaja también el Instituto Oceanográfico de la Armada de Ecuador (Inocar).
El proceso de creación del laboratorio inició en 2021 y, aunque este jueves tuvo lugar la inauguración, ya se realizaron mediciones que permitirán a Ecuador conocer, entre otras cosas, cuáles son las corrientes por las cuales transitan los plásticos, que se convierten luego en microplásticos.
Con esa información, se pueden adoptar medidas mucho más certeras sobre monitoreos y controles que se compartirán con otros países para determinar la influencia de la contaminación en lugares alejados al archipiélago, a cuyas aguas y arrastrados por las corrientes, llegan plásticos con inscripciones en distintos idiomas.
Laboratorio «potente»
Cercanos al proyecto comentaron a EFE que, aunque el laboratorio «no es grande, sí es potente», con equipos de avanzada, que permiten «identificar claramente el tipo de microplástico».
Y, aunque hay otros laboratorios de análisis de microplásticos en otros países de la región, el de Ecuador está «prácticamente entre los primeros» a nivel de tecnología, aseveraron.
Con este laboratorio, Ecuador se convierte en un «referente sobre la comprensión de la contaminación plástica y para tomar medidas, incluso a nivel mundial, de cómo se va a abordar esta temática», señalaron.
A finales de marzo de 2024, Virginijus Sinkevicius, comisario de Medio Ambiente, Océanos y Pesca de la Unión Europea (UE), reiteró la necesidad de acordar un Tratado Global sobre el Plástico después de comprobar que los microplásticos están presentes en las Islas Galápagos, una de las reservas mejor conservadas del mundo.
Sinkevicius participó, en las también llamadas ‘Islas Encantadas’, junto a unos jóvenes en una demostración de limpieza de microplásticos en Tortuga Bay, una de las playas más emblemáticas e icónicas del archipiélago.
Junto a los jóvenes constató que al pasar por un tamiz la fina arena blanca de esta playa aparecían minúsculas partículas y partes de plásticos degradados que el mar había llevado a ese punto, que es parte del Parque Nacional Galápagos.
Estos microplásticos llegan a ser ingeridos por las diferentes especies que habitan la zona y que lo convierten en parte de su dieta, como las decenas de iguanas que acostumbran a descansar y tomar el sol en esa extensa playa.
Las Islas Galápagos, que en el siglo XIX llevaron al científico británico Charles Darwin a desarrollar su teoría de la evolución y selección natural de las especies, están formadas por trece islas a uno mil kilómetros al oeste de las costas continentales de Ecuador y desde 1978 están declaradas como patrimonio natural de la humanidad. EFE
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