
Internet de calidad, gran deuda para zonas rurales de Latinoamérica y Caribe
San José, 1 dic (EFE).- Unas 72 millones de personas que viven en zonas rurales de Latinoamérica y el Caribe carecen de acceso a internet con estándares mínimos de calidad y la brecha con las zonas urbanas se ha expandido en los últimos dos años.
Así lo revela el informe “Conectividad rural en América Latina y el Caribe: estado de situación, retos y acciones para la digitalización y el desarrollo sostenible”, presetado este jueves por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), el Banco Mundial, el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), y las empresas Bayer, Microsoft y Syngenta.
LA GRAN BRECHA
El estudio, que concentró su trabajo en 26 países latinoamericanos y caribeños, reveló que en 2022 hay menos personas en zonas rurales sin acceso a internet de calidad en comparación con 2020 cuando había 77 millones, pero la brecha con las zonas urbanas se ha expandido.
Actualmente, un 79 % de la población urbana cuenta con servicios de conectividad significativa en la región, mientras que en 2020 la cifra fue del 71 %.
En las poblaciones rurales el porcentaje es del 43,4 % este 2022, en comparación con el 36,8 % del 2020.
El estudio concluye que ante la brecha rural persistente son necesarias «acciones decididas y soluciones innovadoras».
Un grupo de países conformado por Argentina, Barbados, Bahamas, Belice, Brasil, Costa Rica, Chile, Panamá, Trinidad y Tobago y Uruguay es considerado como «de alta conectividad significativa rural».
Otro grupo integrado por Colombia, Ecuador, El Salvador, Jamaica, México, Perú, República Dominicana, Paraguay y Surinam, se ubica en la categoría «de nivel medio de conectividad significativa rural».
El tercer conjunto de países, considerado de «baja conectividad significativa rural», lo componen Bolivia, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, Nicaragua y Venezuela.
De acuerdo al informe, las dificultades para incrementar más rápidamente el acceso a la conectividad rural pasan por obstáculos persistentes en el empleo de los fondos de acceso universal, problemas de infraestructura, elevados costos de inversión y una escasez de estímulos que alienten las inversiones en el ámbito rural.
“Los países de la región, si bien están encarando acciones en materia de actualización de marcos regulatorios y desarrollo de agendas y políticas digitales, no han logrado implementar soluciones a gran escala, y presentan requerimientos importantes en materia de inversiones en infraestructura», dijo la investigadora del IICA, Sandra Ziegler.
EDUCACIÓN E INVERSIÓN
La investigación hace un llamamiento a una acción decidida de gobiernos, el sector privado y la sociedad civil para corregir las brechas de conectividad rural de forma rápida.
«Una mejora sustancial de la conectividad rural sería clave para facilitar el acceso de los productores a las cadenas de comercialización, contribuir al relevo generacional en la agricultura, empoderar a las mujeres rurales e impulsar la bioeconomía», detalla el estudio
Recomienda además garantizar la conectividad asequible y significativa para fines educativos, crear oportunidades de inmersión en tecnologías y diseñar experiencias a medida con los usuarios, y brindar a los jóvenes que se encuentran cursando estudios ligados a la formación agropecuaria una formación acorde a los procesos de digitalización.
También se requiere impulsar la tecnología digital a través de la educación formal, que los Estados adopten políticas de tecnologías de la información y la comunicación como motor de impulso en el ámbito rural, con el fin de formar a la población joven y que favorezca el arraigo a sus comunidades.
Otro punto clave es garantizar el acceso universal a internet en las escuelas rurales, además de apoyar los estudios sobre habilidades digitales en la región. EFE
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