Irlanda elige presidenta entre el bipartidismo o una izquierda tachada de radical
Javier Aja
Dublín, 23 oct (EFE).- La izquierdista Catherine Connolly y la democristiana Heather Humphreys afrontan mañana viernes unas elecciones a la presidencia de Irlanda ante un electorado en parte desmotivado y receloso ante dos aspirantes que no han conseguido despertar ilusión sobre quién ocupará durante los próximos siete años este cargo principalmente representativo.
El laborista Michael D. Higgins, de 84 años, deja el listón muy alto después de ejercer durante 14 años como un jefe de Estado que, pese a tener poderes muy limitados, se ha posicionado en algunos asuntos nacionales -como la crisis de la vivienda- e internacionales -Ucrania o Gaza-, rompiendo con la tradicional neutralidad del puesto.
La diputada independiente Connolly (68 años), favorita en las encuestas, es la candidata de las formaciones progresistas del Dáil (cámara baja) y aunque amplios sectores de la sociedad la consideran demasiado radical, se ha ganado el apoyo de los jóvenes con visibilidad en redes sociales y pódcasts.
Por el contrario, Humphreys, de 62 años y con experiencia en varios ministerios, representa a la clase dominante en Irlanda de la mano del conservador Fine Gael (FG), en el poder desde 2011 y socio desde 2016 en sucesivos gobiernos del otro gran partido nacional, el centrista Fianna Fáil (FF).
En las papeletas de votación todavía aparecerá este viernes el nombre de Jim Gavin, una leyenda del fútbol gaélico que tuvo que abandonar en plena campaña por un escándalo financiero y que nunca generó gran entusiasmo.
La encuesta más reciente concedía este miércoles a Connolly el 44 % de apoyo, el 25 % a Humphreys y el 10 % a Gavin, mientras que un 21 % del electorado estaba indeciso.
Los analistas temen que la participación en estas elecciones podría situarse por debajo de la última cita (44 %), tras constatar que casi la mitad de los encuestados no se siente representado por candidato alguno.
Sin Gavin en liza, es casi inevitable interpretar estos comicios como una batalla entre el bipartidismo de centroderecha y el bloque de la oposición, liderado en el Dáil por el Sinn Féin, explica a EFE Gail McElroy, profesora de ciencias políticas en la universidad Trinity College y coautora del libro ‘La presidencia irlandesa: poder, ceremonia y política’.
Unas elecciones para pulsar el apoyo al Gobierno
«Para la gente que está descontenta con la vivienda o el coste de la vida -arguye- es una oportunidad para protestar. Son unas elecciones ‘de segunda’, como un referéndum informal y , en realidad, no hay mucho en juego, así que pueden aprovecharlo para castigar al Gobierno».
Humphreys, por su parte, apela a aquellos sectores «preocupados por la posibilidad de que Connolly nos ponga en evidencia como país», dice McElroy, en referencia a su proximidad con eurodiputados irlandeses afines a Rusia o su historial de críticas a la Unión Europea, Estados Unidos y a la «retórica bélica» de la OTAN.
Durante la campaña, la candidata izquierdista, exalcalde de Galway (oeste) y abogada de profesión, también ha tenido que dar explicaciones sobre un viaje que efectuó a Siria en 2018 y defender unas polémicas declaraciones en las que comparaba el aumento del gasto militar de Alemania con la situación de ese país en 1930.
«Hay gente que se siente incómoda con eso, sobre todo porque muchos irlandeses son muy centristas y moderados y pueden que eso les empuje a votar por Humphreys. Pero a los jóvenes parece que no les importa. De hecho, admiran su franqueza y autenticidad», sostiene McElroy sobre Connolly, a quien asimismo respaldan intelectuales y artistas, como el controvertido grupo de rap irlandés Kneecap.
«Connolly -señala- ha dicho que representará a toda la gente de Irlanda, pero probablemente genera más división que anteriores presidentes».
«Nunca hemos tenido un primer ministro de izquierdas en este país. Higgins ha sido en cierta manera, como presidente, una alternativa a esa anomalía histórica. Y ahora parece que vamos a tener a una presidenta aún más de izquierdas», concluye.
Algo más de 3,6 millones de personas están llamadas el viernes a las urnas para votar entre las 07.00 y las 22.00 horas GMT. El recuento de sufragios comenzará el sábado a las 09.00 y se espera conocer hacia mediodía los primeros resultados, mientras que el ganador se anuncia habitualmente a última hora de esa tarde. EFE
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