
Líder sindical Dolores Huerta insta a movilizarse contra Trump en EEUU

A sus 95 años, Dolores Huerta, una de las principales figuras de la lucha campesina en Estados Unidos, está más ocupada que nunca.
A medida que la administración de Donald Trump arrecia en su ofensiva anti-inmigratoria, Huerta, cofundadora del sindicato agrario más importante del país y con más de seis décadas de lucha a cuestas, se ha convertido en referencia para quienes buscan hacerle frente al republicano.
«La gente me busca porque quiere hacer algo», dice en una entrevista con AFP en la sede de su Fundación Dolores Huerta, en Bakersfield, bastión agrícola en el valle central de California.
Nacida en Nuevo México y criada en California, Huerta tomó las riendas del movimiento campesino estadounidense junto al fallecido César Chávez en los años de 1960, cuando atravesaba un divorcio y criaba a siete hijos (después tendría otros cuatro).
En 1962 crearon lo que es hoy la Unión de Campesinos, con la cual impulsaron una lucha sin precedentes por los derechos de los trabajadores agrícolas.
La organización y la movilización, sostiene, siguen siendo cruciales.
«Tenemos que ser más activos porque lo que está pasando ahora es grave. Yo comparo lo que ocurre con lo que pasó en Alemania antes de que Hitler tomara el poder», refiere.
Sostiene que es necesario preparar al electorado para los comicios de medio término de 2026 que podrían reconfigurar el Congreso, donde actualmente los republicanos tienen mayoría en ambas cámaras.
«Es la única manera de que esto puede resolverse», asegura.
– «Sí se puede» –
Mucho ha cambiado en Estados Unidos desde sus tiempos como líder sindical, pero si algo ha persistido, piensa ella, es el racismo.
«Creo que la enfermedad del racismo es lo que realmente contaminó nuestro sistema político», opina.
«Trump exhibe ese racismo al poner a los inmigrantes, mayoritariamente gente de color, en centros de detención», dice, al tiempo que acusa al gobierno de mantenerlos en «condiciones inhumanas».
Denuncia que muchos fueron enviados a lugares que ni siquiera conocen, como los 252 venezolanos encarcelados en El Salvador durante cuatro meses, hasta que regresaron a su país como parte de una negociación política.
Para la líder sindical, la razia anti-inmigratoria que el republicano promueve es «absolutamente atroz» y tomó a muchos «fuera de guardia».
«Creo que ninguno de nosotros pensó que vería algo así en nuestro país», añadió. «Nadie imaginó que podría ser así de mal».
Huerta cree que el triunfo de Trump, que contó con creciente apoyo del electorado latino, se debe en parte al lobby religioso y al silencio del sector empresarial.
Acusa a las diversas congregaciones religiosas, influyentes en las comunidades latinas, de «intimidar» con temas como el aborto y los derechos LGBTQ+, y favorecer el conservadurismo en el voto.
Sin embargo, Huerta -cuyo lema ‘Sí se puede’ fue retomado por el demócrata Barack Obama- cree que la promesa de Trump de ejecutar la mayor deportación de la historia estadounidense puede revertirse y obligar a una amnistía.
En sectores como el agro, la hotelería y los servicios, «los empleadores los necesitan porque los inmigrantes trabajan duro», afirma.
– «Miedo» –
Dolores Huerta se enraizó en las comunidades de campesinos con su activismo. Fue detenida y llegó a ser brutalmente golpeada por la policía cuando tenía 58 años, en una manifestación en San Francisco.
Su dedicación al movimiento campesino la convirtió en una madre ausente. Todavía hoy pasa más horas trabajando que con sus muchos nietos o bisnietos.
A menudo fue la única mujer en espacios dominados por hombres, y es reconocida por su poder de convocatoria, clave en sus negociaciones con el empresariado.
Siguiendo la fórmula que en el pasado dio frutos, su Fundación apoyó un boicot en febrero contra el gigante comercial Target, que con la llegada de Trump al poder puso fin a los programas a favor de la diversidad.
«Trump les instaló miedo a todas esas corporaciones», dice. «Pero creo que así podemos moverlos en la dirección correcta, encontrar a estos multimillonarios, los de verdad, digamos, que podrían mover los hilos de Trump», señala.
«Ellos necesitan comenzar a pronunciarse y detener estas peligrosas políticas».
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