
La campaña catalana entra en su recta final

Cataluña encara la recta final antes de las elecciones regionales del jueves, que se celebrarán en circunstancias insólitas y decidirán si los independentistas repiten mayoría o pierden el poder en unos comicios clave para toda España.
Lo que está en juego el 21 de diciembre «es enorme, para todos los catalanes y el resto de España», dijo este jueves la ministra de Sanidad, la catalana Dolors Montserrat, integrante del Partido Popular (PP) del presidente Mariano Rajoy.
Las elecciones regionales permitirán elegir a los 135 diputados del Parlamento regional catalán, dominado por los secesionistas en la anterior legislatura. La gran pregunta está en ver cuál será su fuerza en la nueva cámara. Una eventual victoria podría reactivar el conflicto, aunque muchas figuras del separatismo parecen descartar la vía unilateral.
Optando por esta vía, el Parlamento catalán declaró la independencia el pasado 27 de octubre. En cuestión de horas, el Gobierno de Rajoy respondió disolviendo la cámara, cesando al Ejecutivo regional y convocando estas elecciones anticipadas, a fin de recuperar la «normalidad».
Algunos líderes del campo secesionista, entre ellos el cesado presidente Carles Puigdemont, presentan los comicios como un nuevo plebiscito sobre la autodeterminación, tras el celebrado el 1 de octubre pese a su prohibición por la justicia española. Y consideran que, si se imponen, Rajoy tendría que plantearse una negociación.
– Una campaña surrealista –
La campaña, mientras tanto, ha sido insólita. Puigdemont, reclamado por la justicia española por rebelión, sedición y malversación de fondos, se encuentra en Bruselas con cuatro miembros de su ex gobierno.
Desde allí ha intervenido por videoconferencia en varios actos de campaña, ya que encabeza una de las listas separatistas (Juntos por Cataluña), y multiplicado los comentarios en su cuenta de Twitter.
Incluso recibió la visita de 45.000 independentistas catalanes el 7 de diciembre, que acudieron a la capital belga con banderas y pancartas para pedir a la UE que se implique en el conflicto político.
El vicepresidente del ejecutivo cesado, Oriol Junqueras, acusado de los mismos cargos, está en prisión desde el 2 de noviembre pero encabeza la lista de su partido, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), al que los sondeos auguran una victoria sin mayoría absoluta.
La campaña secesionista se centra en denunciar a España como un Estado supuestamente «autoritario» y «represor», pero, en las cuestiones de fondo, es confusa. Algunos se pronuncian por la ruptura con Madrid, mientras que otros reconocieron que Cataluña no estaba lista para la independencia y que habrá que esperar.
Por su lado, los partidos favorables a la unidad de España acusan al secesionismo de infligir un importante daño a Cataluña, uno de los motores económicos de España.
«El daño importante ya está hecho, y ha sido muy grande. Pero se puede revertir, y hay que evitar que ese daño, que ha sido muy agudo, se convierta en crónico», dijo esta semana la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, incidiendo en la caída de la actividad turística.
Hay que hablar «de los temas que unen», pedía Inés Arrimadas, líder del partido centrista Ciudadanos en Cataluña, que promete reconciliar a la gente ocupándose del desempleo, las inversiones en infraestructuras y los servicios públicos.
– La población, dividida –
En la mayor parte de sondeos, ERC y Ciudadanos se pisan los talones, seguidos de la lista independentista de Puigdemont, el Partido Socialista y la fórmula regional de Podemos, Cataluña en Común (izquierda radical).
El conservador Partido Popular, con poca presencia en Cataluña, perdería aún más votos y se disputa la última plaza con los anticapitalistas y secesionistas de la CUP.
En cualquier caso, ni los independentistas ni los constitucionalistas parecen vislumbrar una mayoría rotunda, lo que augura unas negociaciones complicadas para formar una coalición de gobierno.
La participación se anuncia muy elevada, y los electores están movilizados. «Yo anticipo que van a subir en votos los dos» bandos, afirma el politólogo Pablo Simón, añadiendo que «la formación de gobierno será muy complicada».
De hecho, podría desembocar en la situación de que sea investido un presidente encarcelado o autoexiliado.
Los sondeos arrojan una fuerte probabilidad de que haya una nueva coalición independentista en el poder, aunque, según Pablo Simón, el escenario de una ruptura unilateral está descartado.
El politólogo afirma que los separatistas han comprendido que no gozan de suficientes apoyos dentro de Cataluña, ni sobre todo del reconocimiento de la Unión Europea, que han estado buscando en vano.