
La transformación china de los 80, resumida en una muestra de arte conceptual
Jesús Centeno
Pekín, 28 abr (EFE).- En la década de 1980, muchas ideas llegaron de pronto a China tras décadas de aislamiento maoísta, lo que dio lugar a una generación de artistas que moldearon la cultura visual del gigante asiático en las siguientes décadas.
Un maoísmo aún presente pero con el que se experimenta a través de «collages» y diapositivas en algunas de las obras con las que comienza la exposición «Slide / Show: Light Images in Chinese Contemporary Art» que se inaugura este sábado en el Centro UCCA de Arte Contemporáneo de Pekín.
La muestra presenta cómo quienes crecieron en el periodo de reforma y apertura -iniciado en 1978- tuvieron por fin la oportunidad de volver a las academias de arte, anteriormente cerradas, además de disponer de nuevos medios para expresarse, sean proyectores o diapositivas, para reflejar la vida diaria o experimentar con colores simplificados o fuertemente procesados.
LOS ARTISTAS DE LA CHINA QUE SE ABRIÓ
«Es un periodo excepcional en el que las cosas cambian a toda velocidad. Los artistas de aquella época eran muy experimentales y utilizaban cualquier tecnología que llegaba a su alcance», explica a EFE la comisaria de la muestra, Holly Roussell, historiadora del arte especializada en Asia.
Entre los artistas que labraron camino en aquella China que poco a poco se abría al mundo, Liang Juhui (1959-2006), considerado uno de los padrinos del movimiento «avant-garde» chino, o Zheng Sengtian, uno de los primeros en viajar a Occidente para volver a China con nuevas ideas bajo el brazo.
Algunos de ellos compondrían la llamada «La Nueva Ola del 85» que, bajo la nueva influencia de la cultura occidental y el contexto social chino, supuso una bocanada de aire fresco, pues hacían gala de una fuerte conciencia para innovar con el deseo de actualizar el concepto de arte mismo y ampliar las formas de expresión.
«Prestaban atención a la función estética del arte o a mirar el mundo de nuevo desde una perspectiva distinta. Se perciben mucho los pensamientos del autor, que lanza preguntas tan simples como en qué formatos se puede o debe expresar el arte o cómo interactuar con el público. Eran preguntas nuevas para la China de entonces, pero aún nos las seguimos haciendo», agrega Roussell.
GENG JIANYI: ARTE Y PANTUFLAS
En el breve lapso de tiempo en los que se pasa de los murales propagandísticos de la era de Mao a todas las proyecciones, instalaciones y fotografías conceptuales que quieren romper con el «statu quo» destaca Geng Jianyi (1962-2017), a quien el museo UCCA dedica otra exposición paralela.
Se trata de «Who is He», una retrospectiva de la obra de Geng Jianyi, uno de los artistas más influyentes de aquella década y quien destacó por apropiarse y reinventar comportamientos y objetos cotidianos.
El título alude a una pregunta que él mismo se hizo, instintivamente, cuando un visitante llamó a su casa en su ausencia, tras lo cual recurrió a sus vecinos para saber qué habían observado de aquel extraño, para terminar por dibujarlo según sus descripciones.
En otra ocasión pidió a conocidos -o desconocidos- que le prestasen objetos cotidianos, desde pantuflas caseras hasta un ventilador, y que acabarían juntas para dar forma a otra exposición experimental.
O aquella instalación interactiva a gran escala, «Tap Water Factory», en la que los visitantes entran y se convierten en participantes instantáneos en el acto de ver y ser vistos, toda una novedad que pretendía «borrar la distancia» entre público y obra.
«Todo el mundo tiene un doble papel, como público y como parte integrante de la obra. La experiencia de los visitantes significa que al menos la mitad de la ‘distancia’ ya se ha eliminado», dijo el propio Geng en una ocasión.
El artista, que pidió expresamente que no se realizara una muestra sobre su vida hasta pasados al menos cinco años, también dedicó energías a la docencia para ayudar a sus alumnos a entender que sus propias ideas podían encontrar expresión artística.
«Después de los años 90, muchos empezaron a viajar fuera y adoptaban nuevas referencias. Pero lo interesante de aquellos primeros años es que estos pioneros tuvieron que trabajar sin referencias, experimentando sobre cómo sentimos el arte y cómo se debe interactuar con el público, marcando un antes y un después en lo que fue el arte contemporáneo en China», remata Roussell. EFE
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