Las víctimas del atentado de Omagh esperan respuestas de la investigación independiente
Dublín, 30 jul (EFE).- Las víctimas del atentado de Omagh (1998) confían en que la investigación independiente que arranca este martes arrojará luz sobre el atentado más sangriento en la historia del pasado conflicto en Irlanda del Norte, en el que murieron 29 personas, dos de ellas españolas.
«Después de años de duro trabajo, estamos muy, muy esperanzados», declaró hoy a los medios Stanley McCombe, cuya esposa Ann falleció en la acción terrorista perpetrada el 15 de agosto de 1998 por el IRA Auténtico, una escisión del ya inactivo IRA opuesta al proceso de paz.
El Gobierno británico anunció el pasado febrero que esta pesquisa pública se centrará sobre cuatro áreas clave para determinar si pudo prevenirse.
Este tribunal establecido en la localidad norirlandesa de Omagh (oeste) -presidido por Andrew Turnbull, miembro de la Cámara de los Lores- examinará los asuntos clave identificados por el Tribunal Superior de Belfast en 2021.
Aquel dictamen determinó que había «argumentos plausibles de que el atentado podría haberse evitado», al tiempo que pidió una investigación independiente, tal y como han reclamado también las familias de las víctimas durante años.
En particular, el Tribunal Superior planteó dudas sobre la gestión e intercambio de información por parte de los servicios de inteligencia, tanto en Irlanda del Norte como en la vecina República de Irlanda.
En la primera vista preliminar de este martes, Turnbull abordará cuestiones de procedimiento relacionadas con su funcionamiento, por lo que aún no comparecerán testigos ni se presentarán pruebas.
Está previsto que las víctimas podrán presentar durante vistas programadas para el próximo enero declaraciones sobre el impacto personal del atentando, por el que aún nadie ha sido condenado.
Hasta la fecha solo dos hombres han sido acusados por aquella acción terrorista, pero los errores e irregularidades cometidos por la Policía norirlandesa (PSNI) e irlandesa (Garda) durante sus pesquisas obligaron a las autoridades a ponerles en libertad.
Aunque las víctimas entienden que pudieron cometerse negligencias, también albergan la sospecha de que Londres y Dublín han evitado tomar medidas que pongan en dificultades al proceso de paz, un planteamiento que encaja con el habitual recelo de Londres para abordar las actividades de sus servicios secretos en el pasado conflicto.
El niño Fernando Blasco Baselga, de 12 años, y la monitora Rocío Abad, de 29, fallecieron en la explosión de un coche bomba estacionado en pleno centro de la localidad de Omagh, junto a otras 27 personas, entre las que había una mujer embarazada con mellizos de ocho meses.
Ambos formaban parte de un grupo que realizaba un curso de verano en la República de Irlanda y que el 15 de agosto de 1998 cruzó la frontera para visitar Irlanda del Norte, envuelta en aquellos días en un clima de optimismo tras la firma cinco meses antes del acuerdo del Viernes Santo, el texto que puso fin a más tres décadas de violencia. EFE
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