Los festivales de Edimburgo regresan entre algodones

Guillermo Garrido

Londres, 17 jul (EFE).- La pandemia y sus restricciones han puesto en jaque la supervivencia de los célebres festivales de Edimburgo, que, tras ser cancelados en 2020, regresan este verano para no caer en la desaparición, a solo un año de cumplir los 75.

«Nadie quería cancelar de nuevo los festivales de Edimburgo, nadie quería que no volvieran a celebrarse», dijo a Efe la productora artística Mhari Robinson, que presentará espectáculos en el Festival Internacional de Edimburgo -«Niqabi Ninja»- y en el alternativo Fringe -«Sex Education Xplorers (S.E.X)»-.

A la capital de Escocia volverán todos sus certámenes -EIF, Fringe, Festival Internacional de Arte, Festival Internacional del Libro de Edimburgo- salvo el de tatuajes Royal Military Tattoo por «los grandes riesgos financieros (…) que supondría una cancelación por la situación sanitaria en el último minuto», explicó en mayo su director, Bustor Howes.

Para el Festival Internacional de Edimburgo, la pandemia «ha sido uno de los mayores retos a los se ha enfrentado» desde su creación en 1947, consideró su director, Fergus Linehan, en declaraciones a Efe.

El sector cultural fue de los primeros cuyo funcionamiento se vio afectado por la propagación del virus y sus restricciones, y detuvo casi toda actividad desde marzo de 2020.

Robinson cifra sus pérdidas durante este tiempo en 140.000 libras (164.000 euros), por el «trabajo que ha sido cancelado, y algunos de esos ingresos no tendrán lugar nunca», apuntó. Mientras, la Sociedad Fringe, que organiza el festival homónimo, estima una pérdida por encima de los 21 millones de libras (24,5 millones de euros).

El Gobierno de Escocia otorgó a finales de junio un millón de libras -1,2 millones de euros- a productores, salas y escenarios para mitigar los costes derivados de la pandemia como la creación de escenarios al aire libre.

El Ejecutivo cifra hasta el momento en 6,5 millones de libras -7,6 millones de euros- las ayudas a los festivales de Edimburgo, que tienen un impacto en la economía escocesa de 360 millones -421,5 millones de euros-, según la propia organización de los certámenes, y que lograron atraer a 4,9 millones de personas a la ciudad en 2019.

ESCENARIOS ABIERTOS Y DISTANCIA SOCIAL

Celebrar los festivales requiere de una planificación previa para «predecir cómo el público se encontrará más cómodo -explicó Finehan. Toda actuación es el resultado de un detallado planteamiento desde los artistas hasta el Gobierno y Sanidad”.

La regla de esta edición: escenarios abiertos, distancia social, y algunos eventos cuidadosamente ocurrirán en espacios cerrados.

Estas condiciones hacen realmente complicada la viabilidad de algunas actuaciones. «Somos capaces de hacer esto porque tenemos ayudas públicas», expresó la productora de S.E.X..

Este año la asistencia del público es una incógnita y «eso es un gran riesgo», concluyó Robinson.

Shona McCarthy, directora del Festival Fringe, da la bienvenida a las ayudas recibidas y pone el acento en los trabajadores «freelancers», que son «los más vulnerables en esta situación (…) Aunque haya un gran número de iniciativas, nunca son suficientes».

Un 71 % de la plantilla de los teatros en Reino Unido son autónomos, según el colectivo «Freelancers Make Theatre Work» («Autónomos hacen que el teatro funcione»).

«Se necesita más apoyo, porque estamos haciendo frente a una situación donde hay freelancers que están decidiendo dejar la industria», afirma Adam Adnyana, representante de Equity en Escocia, una de las organizaciones de este colectivo.

«La dificultad para los ‘freelancers’ ha sido acceder a las ayudas», puesto que son «personas que generaban una cantidad de ingresos que les permitía vivir durante el año» con motivo del festival, relata Adnyana.

«Ser artista es parte muy importante de su identidad -prosigue- y es muy complicado no hacer lo que amas», por lo que ese cúmulo de cambios «afecta a la salud mental, generando ansiedad», y ha hecho necesario el acceso a terapia y apoyo psicológico, que su organización se encarga de proveer. EFE

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