
Misión suspendida subraya el conflicto entre elefantes y humanos en la India
Nueva Delhi, 24 mar (EFE).- Las autoridades del estado indio de Kerala tenían ya lista la tienda de alimentos falsa, los elefantes domesticados y los dardos tranquilizantes necesarios para capturar este fin de semana a un paquidermo salvaje acusado de matar a diez personas en los últimos años y de causar el caos en comercios y hogares en su búsqueda de su alimento preferido: el arroz.
Pero el Tribunal Superior de esta región sureña ordenó ayer la suspensión temporal de las operaciones, tras la petición de una sociedad protectora de animales que calificó este viernes a EFE el intento de captura de sinsentido, en un caso que subraya el conflicto entre animales y humanos causado por la progresiva pérdida de espacios naturales.
«Pensamos en acudir a los tribunales porque no se está haciendo como se debería, hay una forma legal apropiada de hacer estas cosas», denunció la secretaria de la protectora People for Animals del distrito de Thiruvananthapuram, Latha Indira.
La fuente señaló que la única razón para capturar el elefante es que los habitantes locales han presionado a las autoridades, ante los repetidos incidentes relacionados con Arikomban, como ha sido bautizado el animal en un juego de palabras entre elefante y arroz.
«Sentimos que incluso si este elefante es capturado, el problema continuará porque hay otros en la zona», dijo Indira.
La animalista apuntó a la presencia de humanos en la zona como la fuente del conflicto, en un lugar de paso de paquidermos desocupado según ella hasta 2002, y no al revés.
De acuerdo con las autoridades del distrito de Idukki, citadas por el periódico indio Indian Express, los habitantes de la zona llevan tiempo pidiendo la captura de Arikomban, al que se acusa de matar a diez personas y destruir más de sesenta edificios, aunque Indira cuestionó la veracidad de las cifras.
El plan era atraer al elefante a una de las casas que él mismo destruyó en el pasado, reconvertida en tienda de provisiones falsa repleta de arroz, y capturarlo para luego domesticarlo, en una operación similar a la que ya llevaron a cabo a principios de este año en Palakkad.
Varios elefantes ya domesticados, utilizados en la India para este tipo de operaciones, habían sido trasladados a la zona.
El plan ha sido suspendido al menos hasta finales de mes, pero pone de relieve el estatus ambivalente de estos paquidermos en la India, adorados como símbolo nacional e incluso religioso por algunos y odiados al mismo tiempo por aquellos que sufren sus ataques.
La India alberga una población de unos 27.700 elefantes salvajes, según el censo realizado en 2017 y en torno a la mitad del total de paquidermos en Asia, mientras que otros 3.500 ejemplares domesticados viven en cautividad.
Los elefantes salvajes en la India están desperdigados en una treintena de reservas, que ocupan unos 65.000 kilómetros cuadrados, pero que incluyen zonas utilizadas por los humanos, como alerta la ONG Fondo de Fauna de la India (WTI). EFE
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