
Proyecto minero Dominga «debilita credibilidad» medioambiental de Chile, dice Greenpeace
Santiago de Chile, 1 ago (EFE).- La organización ecológica internacional Greenpeace advirtió este viernes que la credibilidad de Chile en materia medioambiental se verá debilitada de aprobarse el megaproyecto minero-portuario Dominga para la comuna de La Higuera (región central de Coquimbo).
«Impulsar un proyecto de estas características en plena emergencia climática, y en una zona de alto valor ecológico, solo debilita la credibilidad del país ante la comunidad internacional», declaró el director de Greenpeace Chile, Matías Asún.
En declaraciones exclusivas para EFE, Asún denunció que, de avanzar este proyecto, generaría una «importante contradicción» con los compromisos internacionales medioambientales asumidos por Chile.
Dominga representa una amenaza real para la biodiversidad de la comuna de La Higuera y más concretamente para el archipiélago de Humboldt, uno de los ecosistemas marinos y terrestres más valiosos del país, explica Greenpeace.
Humboldt alberga «especies emblemáticas» de la fauna chilena, como el cóndor, el loro tricahue, el guanaco, la ballena fin, el chungungo o el yunco, así como el 80% de la población mundial del pingüino de Humboldt.
Todas estas especies están calificadas como «vulnerables» o «en peligro» según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Además, las condiciones ambientales de la zona han cambiado drásticamente desde 2013 -año en el que se propuso el proyecto- debido al aumento del tráfico marítimo, la sobrepesca, la variabilidad climática y una crisis hídrica cada vez más aguda.
«Permitir que un proyecto como Dominga avance sobre la base de estudios antiguos y carentes de actualización no solo es ambientalmente inviable, sino también políticamente contradictorio con la postura que Chile ha adoptado a nivel global en defensa del océano y la acción climática», indicó Asún.
Un proyecto controvertido y envuelto en polémica
El proyecto Dominga nació hace ya más de 12 años, enfocado a la extracción de cobre y hierro mediante un plan integral que engloba desde la extracción de mineral del terreno hasta el embarque de concentrado de hierro listo para su comercialización.
Pese a haber sido rechazado hasta en cuatro ocasiones debido a las graves deficiencias técnicas que presenta la propuesta, la compañía Andres Iron, a cargo del proyecto, recurrió todas estas decisiones a instancias judiciales, lo que le ha permitido mantenerlo con vida.
Desde Greenpeace sostienen que la estrategia de la compañía representa una «mala práctica empresarial», además de que socava «la legitimidad de los mecanismos diseñados para proteger el medio ambiente».
«En lugar de corregir sus deficiencias y someterse a una evaluación ambiental actualizada, (la compañía) ha optado por ejercer presión sobre las instituciones del Estado y avanzar a través de litigios, debilitando así la institucionalidad ambiental», afirmó Asún.
La polémica en torno al proyecto Dominga salpicó incluso al fallecido expresidente de Chile Sebastián Piñera (2010-2014 y 2018-2022).
La investigación periodística papeles de Pandora cuestionó, a finales de 2021, la venta en Islas Vírgenes Británicas en 2010 de acciones de Piñera de este megaproyecto a su amigo y empresario Carlos Alberto Délano, pero tras una investigación de la fiscalía chilena, la Justicia decretó –en mayo de 2024– el sobreseimiento definitivo de la causa.
«Beneficio económico» o «solución para el territorio»
Dominga se presentó a los habitantes de la comuna de La Higuera como una «solución» para las importantes necesidades sociales que enfrentan en la zona, sin embargo -denuncia Asún- la compañía ha utilizado un «relato de progreso para imponer un proyecto que representa más un beneficio económico privado que una solución para el territorio».
Greenpeace mantiene que las comunidades afectadas no han sido realmente escuchadas, lo cual refleja una «profunda falla» en la implementación del principio de participación en materia ambiental, que establece que los proyectos deben considerar las necesidades y observaciones de la ciudadanía.
«Desde Greenpeace reconocemos que la zona enfrenta necesidades sociales importantes, pero sostenemos que estas no deben resolverse mediante proyectos que comprometan ecosistemas de valor incalculable como el del archipiélago de Humboldt», concluyó Asún. EFE
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