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Saad Hariri, un político crítico con Hezbolá e Irán

El presidente francés, Emmanuel Macron, y su esposa, Brigitte Macron (dcha), con el primer ministro libanés Saad Hariri (segundo por la izquierda), su esposa, Lara Bachir El-Alzm, y su hijo Hussman, en el Palacio del Elíseo, en París, este sábado afp_tickers

Saad Hariri, que llegó este sábado a París desde Riad dos semanas después de dimitir como primer ministro de Líbano, es un virulento opositor al movimiento chií libanés Hezbolá y a sus aliados sirios e iraníes.

El político, un empresario de 47 años, nació en Arabia Saudí, el país donde había hecho fortuna su padre, el multimillonario y muy carismático exprimer ministro libanés Rafic Hariri, asesinado durante un atentado en 2005.

Saad Hariri dirigía la gran empresa constructora Oger, muy endeudada actualmente, cuando la familia le pidió en abril de 2005 que tomara el testigo político de su asesinado padre.

Encabezó al gobierno libanés por primera vez entre 2009 y 2011, antes de volver al poder en noviembre de 2016, con el objetivo de restablecer su preeminencia en el seno de la comunidad musulmana suní y equilibrar el poder del Hezbolá chií, al que se enfrentó durante toda su carrera política.

Pero nunca logró dominar al poderoso movimiento, única formación libanesa que no depuso las armas al final de la guerra civil (1975-1990).

Al anunciar su dimisión el 4 de noviembre desde Riad, Saad Hariri, protegido de la potencia suní Arabia Saudí, acusó a Hezbolá e Irán de «controlar» Líbano.

«Siento que mi vida está en el punto de mira», añadió, y afirmó que Líbano vive una situación similar a la que había antes del asesinato de su padre, Rafic Hariri, opositor a Damasco, en un atentado en Beirut.

El primer ministro dimisionario acusa al régimen sirio de haber planeado el asesinato de su padre, y en 2005 pidió la salida de las tropas sirias de Líbano.

Por el contrario, Hezbolá, del que cinco miembros están acusados de implicación en la muerte de su padre, apoya sin reservas al régimen de Bashar Al Asad en Siria.

Las tropas sirias se retiraron finalmente de Líbano en abril de 2005, tras 29 años de presencia, a raíz de lo cual la corriente hostil a Damasco, encabezada por Hariri, venció en las legislativas.

– Falta de firmeza –

En 2008, enfrentamientos entre partidarios del líder suní y del movimiento chií estuvieron a punto de causar una nueva guerra civil en Líbano.

La Corriente del Futuro, formada en 2007 y dirigida por Hariri, volvió a ganar las legislativas en 2009.

Hariri se convirtió entonces en primer ministro y formó un gobierno de unidad que duró hasta principios de 2011, cuando dimitieron varios ministros de Hezbolá.

El dirigente libanés abandonó entonces el país, para volver en junio de 2016.

Para regresar al poder, en octubre de 2016 anunció que apoyaría a uno de sus rivales, Michel Aoun, en las elecciones presidenciales.

Aoun ganó los comicios y Hariri fue nombrado primer ministro el 3 de noviembre de 2016.

Frente a Hezbolá e Irán, otro aliado de peso de Damasco, Hariri se convirtió en un incansable defensor de Arabia Saudí, rival de Teherán y adversario de Asad.

Además de sus problemas financieros, el ex primer ministro afronta una oposición interna en las filas sunitas en Líbano, donde algunos lo acusan de ser demasiado «blando» ante Hezbolá.

Licenciado en Ciencias Económicas por la universidad estadounidense de Georgetown, Hariri, quien también tiene la nacionalidad saudí, está casado con la siria Lara Bashir Azm, cuya familia ejerció el poder en Siria en los años 1950.

La pareja tiene tres hijos que viven con su madre en Arabia Saudí.

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