
Starmer dice que apoya a su ministra de Economía, a quien se vio llorando en el Parlamento
Londres, 2 jul (EFE).- El primer ministro británico, el laborista Keir Starmer, expresó este miércoles a través de su portavoz su «total respaldo» a la ministra de Economía, Rachel Reeves, a quien poco antes se vio llorando en su escaño del Parlamento.
La portavoz del jefe del Gobierno aseguró a la prensa que Reeves «no va a ninguna parte», después de que el propio Starmer no dejara claro el apoyo a su colega durante la sesión de control al Ejecutivo en la Cámara de los Comunes (baja).
Un portavoz de la ministra apuntó por su parte que sus lágrimas, captadas en directo por las cámaras, «se debieron a un asunto personal», del que no dará detalles.
Reeves fue filmada con lágrimas en las mejillas durante el intercambio en los Comunes este mediodía entre Starmer y la líder de la oposición, la conservadora Kemi Badenoch, quien le preguntó si la ministra seguiría en su puesto hasta las próximas elecciones en 2029, lo que él eludió responder.
«Se la ve absolutamente desgraciada. Los diputados laboristas declaran públicamente que está acabada, y la realidad es que es un escudo humano para su incompetencia (de Starmer)», afirmó Badenoch desde su asiento, justo enfrente de los del primer ministro y la responsable del Tesoro.
«Qué lástima para la ministra que él no pueda confirmar que permanecerá en el cargo», apostilló.
Starmer y Reeves han visto cuestionada su gestión después de tener que hacer grandes concesiones el martes para que los diputados laboristas aprobaran su controvertida propuesta de recortes del estado del bienestar, que implican que no se conseguirá el ahorro previsto.
Además, en junio el Gobierno ya hubo de anunciar también que revocaría una impopular medida para restringir las ayudas energéticas a los jubilados, entre críticas dentro y fuera de su partido.
Estos cambios dificultan el objetivo de Reeves de equilibrar las cuentas públicas, lo que hace pensar que deberá subir los impuestos en su próximo presupuesto en otoño, en contra de sus promesas electorales.
El Gobierno laborista de Starmer se impuso unas estrictas normas de disciplina fiscal para dar confianza a los mercados a su llegada al poder hace un año, que obligan a la ministra a no destinar más de lo que ingresa al funcionamiento diario del Estado. EFE
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