
Ultraortodoxos acusan a Ben Gvir de «poner en peligro vidas judías» en visita a Explanada
Jerusalén, 14 ago (EFE).- El periódico israelí Yated Ne’eman, asociado al partido ultraortodoxo Judaísmo Unido de la Torá (JUT), criticó este miércoles en un editorial la visita de ayer del ministro de Seguridad Nacional, el extremista Itamar Ben Gvir, junto a miles de colonos, a la Explanada de las Mezquitas, que «pone en peligro las vidas judías».
Por ello, JUT asegura que se está replanteando su permanencia en la coalición de gobierno de Benjamín Netanyahu, de la que es un socio fundamental, al igual que el partido de Ben Gvir, Poder Judío, representante de la extrema derecha sionista religiosa, con concepciones que mezclan política y religión, algo que no gusta a los haredíes.
“Que los judíos suban al Monte del Templo -como definen los judíos este lugar- es como arrojar una cerilla a un pozo de petróleo”, se lee en el editorial del periódico. «El Monte del Templo puede convertirse en un volcán que cubra de ceniza todo Oriente Medio».
Aprovechando la festividad religiosa del Tisha B’av, entre cánticos y gritos de provocación, centenares de colonos -en su mayoría chicos jóvenes, pero también adultos y mujeres- avanzaron ayer por la explanada, conocida entre los judíos como el Monte del Templo por la creencia de que allí se levantó el Segundo Templo, el lugar más sagrado para el judaísmo.
El líder de la oposición israelí, el centrista Yair Lapid, tildó de «provocativa» esta visita que, según advirtió, puede derivar «en un incendio y provocar la muerte de ciudadanos israelíes».
Fue la tercera vez que el ministro Gvir acude en fechas clave en los últimos dos meses a este lugar de culto para reivindicar el derecho de los judíos a orar en él, provocando el enfado de la población palestina.
Según el ‘statu quo’ vigente desde 1967 -cuando Israel ocupó la parte este de Jerusalén, donde se encuentra la Explanada-, el recinto está reservado exclusivamente al culto de musulmanes, mientras que los judíos solo pueden entrar como visitantes, ya que las leyes judías prohíben a sus fieles orar en el lugar más sagrado para ellos, algo solo permitido a algunos rabinos.
El rezo judío se practica en el Muro de las Lamentaciones -ubicado en uno de los laterales de la Explanada-, y así lo aconseja el Gran Rabinato de Israel, aunque en los últimos años, algunos rabinos alineados con el movimiento del sionismo religioso han cambiado esa recomendación y abogan por el rezo donde se levantó el Segundo Templo.
Para los palestinos e incluso para Jordania -país que custodia el lugar desde 1967-, ese cambio es más político que religioso, un intento de judaización e israelización de todo Jerusalén, un cambio que tampoco agrada a los judíos ultraortodoxos. EFE
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