
Yunus declara el «Día del Nuevo Bangladés», una promesa oficial en un país escéptico
Nueva Delhi, 8 ago (EFE).- El gobierno interino de Bangladés declaró este viernes 8 de agosto como el «Día del Nuevo Bangladés» para conmemorar su primer año en el poder, una jornada de celebración simbólica en la que presentó una lista de logros pese al escepticismo y el desgaste que ha sufrido su líder, el Nobel de la Paz Muhammad Yunus.
Yunus, que fue nominado por los líderes estudiantiles de la «Revolución de Julio» y asumió el poder con una inmensa autoridad moral, ha visto su imagen como árbitro neutral erosionarse a lo largo del año.
Atrapado entre las demandas de reforma radical de los movimientos estudiantiles y la presión por la estabilidad del poder político y militar, su administración ha sido acusada de perder imparcialidad al favorecer a las nuevas facciones políticas.
La nueva efeméride, establecida por una circular del Gabinete, coincide con el primer aniversario en el poder de Yunus, y busca cimentar en la historia nacional el cambio de régimen que siguió a la «Revolución de Julio» de 2024 y derrocó a Sheihk Hasina, que gobernó con mano de hierro 15 años.
Para marcar la ocasión, la administración destacó una docena de éxitos clave, incluyendo el establecimiento de un cronograma electoral para febrero de 2026, el reembolso de 4.000 millones de dólares en préstamos extranjeros y la implementación de reformas digitales como el lanzamiento de Starlink.
Sin embargo, este día se enmarca también en un clima de creciente escepticismo respecto al curso de la transición política.
En las últimas semanas la oposición ha intensificado su presión sobre el Gobierno interino, exigiendo elecciones anticipadas y garantías institucionales. Marchas multitudinarias lideradas por el Jamaat-e-Islami y el recién creado Partido Nacional Ciudadano (NCP) han revelado una alianza cada vez más sólida entre sectores islamistas y los mismos estudiantes que impulsaron el cambio.
Los enfrentamientos en Gopalganj, el bastión político de la ex primera ministra, el pasado 16 de julio, que dejaron al menos cuatro muertos, así como la respuesta represiva del Estado, han tensado aún más la situación.
El pasado 5 de agosto, el Nobel de la Paz convocó elecciones para febrero de 2026 y presentó la Declaración de Julio, un documento de 28 puntos que denuncia al régimen depuesto de Hasina y fija las bases para una reforma institucional en la Carta de Julio, una plataforma de reformas con aportes de más de 30 partidos.
Sin embargo, la falta de garantías claras, el retraso en la definición de un marco legal para los próximos comicios y las tensiones con la oposición han alimentado las dudas sobre la viabilidad del proceso.
Entre la voces críticas, la organización Human Rights Watch ha expresado su preocupación por el historial de derechos humanos del gobierno, denunciando un alarmante aumento de la violencia de turbas, con al menos 199 personas muertas en linchamientos, y la continuidad de los ataques contra minorías.
La organización también acusa al gobierno de adoptar «tácticas preocupantes», incluidas detenciones arbitrarias contra supuestos partidarios de la depuesta Liga Awami.
Si bien el gobierno celebra la reducción de la inflación, think-tanks como el Centro para el Diálogo de Políticas (CPD) advierten que persisten debilidades fundamentales, como una inversión privada en mínimos de una década y un aumento del desempleo, que se traduce en 2,74 millones de personas sin trabajo. EFE
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