¿La suiza On, demasiado ambiciosa en su propio beneficio?

Roger Federer en el Abierto de Francia, junio de 2021, con unas zapatillas de la marca On. Keystone / Ian Langsdon

La firma —con sede en Zúrich y que cuenta con el gran Roger Federer como inversor— ha sido acusada de obtener grandes beneficios a costa de quienes en las fábricas de Vietnam trabajan para ella y de quienes compran sus zapatillas en Suiza.   

La empresa ha hecho un largo recorrido desde sus humildes inicios —allá por 2010— como sociedad creada por tres amigos para comercializar una tecnología de amortiguación desarrollada en el instituto federal de tecnología ETH de Zúrich. Ahora es una marca importante en un sector tan competitivo como el del calzado deportivo, en el que operan gigantes como Nike y Adidas. On es hoy la quinta empresa de calzado del mundo en valor por capitalización bursátil.

“A menudo hemos hablado de nuestro compromiso de impulsar el crecimiento y, al mismo tiempo, la rentabilidad. Cerrar nuestro primer año completo como empresa cotizada en bolsa con una facturación neta superior a los 1.200 millones de francos y un beneficio neto de 57,7 millones de francos es una evidencia enorme del increíble trabajo que nuestro equipo sigue haciendo cada día”, reconoció David Allemann, cofundador y copresidente ejecutivo de On, en el informe financiero de la empresa para 2022.Enlace externo   

Negocio rentable

La empresa ha conseguido crecer y ser rentable. Ya en su primer año como empresa cotizada en la Bolsa de Nueva York, donde ingresó en septiembre de 2021, On logró aumentar sus ventas netas en un impresionante 68,7 %, superando —por primera vez en su historia— los mil millones de francos en ventas. Su margen de beneficio bruto —uno de los más altos del sector— hace este resultado más impresionante, si cabe todavía.  

Pero ¿cómo ha conseguido crecer tan rápido y seguir siendo tan rentable? Si se tiene en cuenta el coste de producción de su calzado, On tiene unos márgenes de beneficio muy altos, según la revista suiza de consumo KtippEnlace externo.

“En el calzado deportivo los márgenes de beneficio elevados son habituales, pero On suele cobrar a sus clientes incluso más que otros fabricantes”, afirmaba un artículo de Ktipp publicado a mediados de enero de este año.   

Ktipp ha analizado los datos aduaneros de julio a octubre de 2023 de treinta modelos actuales de On y veinte zapatillas de otras marcas. Las “Roger Advantage” de On —zapatillas desarrolladas en colaboración con el legendario tenista suizo Roger Federer— se venden, por ejemplo, por 190 francos, pero se adquieren en Vietnam por solo 17,86 francos. Si los cálculos de Ktipp son correctos, cuando las zapatillas llegan al mercado en Suiza, el precio de fábrica se multiplica más que por diez.    

Y se paga un sobreprecio todavía mayor por el “Cloudtilt Loewe”, el modelo más caro de On. Ktipp calcula que On paga a la empresa vietnamita Freeview Industrial 20,80 francos por un par de zapatillas que luego se venden en Suiza a 445 francos, es decir, más de 20 veces su precio de fábrica.   

Salario digno  

On niega que para lograr una alta rentabilidad esté estafando a sus clientes en Suiza o explotando a quienes trabajan en las fábricas de Vietnam.

“Las cifras publicadas a principios de semana [se refiere a la semana del 15 al 21 de enero] contenían información falsa. Nos comprometemos a garantizar que nuestros socios fabricantes pagan un salario justo a sus trabajadores y para asegurarnos de que nuestros socios cumplen todas las directrices del Código de Conducta, incluidas las relativas a los salarios, realizamos auditorías independientes y formaciones periódicas”, ha dicho a SWI swissinfo.ch a través del correo electrónico Alexandra Bini, portavoz de On.

En Vietnam —país en el que están la mayoría de los proveedores de On— el salario mínimo oscila entre 133 y 192 dólares mensuales, dependiendo de la región. La mayoría de las empresas locales lo toman como referencia para pagar a sus plantillas, que en ocasiones se han declarado en huelga para reclamar un salario mayor. En octubre de 2023, por ejemplo, 6.000 trabajadores de la fábrica de calzado Viet Glory en el centro-norte de Vietnam se declararon en huelga para exigir salarios más altos. Esta empresa no es proveedora de On. La plantilla cobraba un salario básico mensual de 169,50 dólares, superior al salario mínimo regional, 149,40 dólares, según el medio vietnamita Tuoi TreEnlace externo.    

Y, al mismo tiempo, los directivos de On han sido noticia por cobrar salarios inusualmente altosEnlace externo. Según el periódico económico suizo Finanz und Wirtschaft, en 2021, los tres cofundadores y los dos codirectores ejecutivos ganaron 83 millones de francos en conjunto. El copresidente Marc Maurer —que recibió 16,9 millones de francos, es quien más cobró, y es el tercer alto ejecutivo del negocio del calzado mejor pagado después de John Donahoe de Nike (31 millones de francos) y de Robert Greenberg, el jefe de Skechers (19 millones de francos). A raíz de las críticas públicas y de las indicaciones de riesgo para la reputación por parte de los expertos, los salarios comunicados se redujeron al año siguiente.

“La principal forma que On tiene de compartir su éxito con quienes fabrican sus zapatos es asegurarse de que sus prácticas de compra apoyan el pago de salarios más altos”, afirma Christina Hajagos-Clausen, directora de la sección de Confección, Calzado y Textil del sindicato IndustriALL Global Union, con sede en Ginebra, que representa a 50 millones de personas que trabajan en 140 países.  

Hajagos-Clausen quiere que On dé un paso adelante y se una a una alianza internacional Enlace externoque se esfuerza por lograr un salario digno para la clase trabajadora. Una veintena de marcas mundiales de la industria textil se ha adherido a la alianza, pero, de momento, ninguna empresa de calzado. 

“Las empresas —como On— que no se han comprometido a trabajar para mejorar los salarios de sus trabajadores siguen perpetuando prácticas salariales abusivas”, asegura.

Texto adaptado del inglés por Lupe Calvo/Carla Wolff