Colegios suizos en el exterior: un futuro incierto
Aunque poco conocidos en Suiza, fuera de las fronteras del país estos colegios son sinónimo de calidad helvética.
Pero los medios económicos escasean, lo que abre un interrogante sobre la continuidad y el futuro de los colegios suizos en el extranjero.
Actualmente hay 17 colegios suizos en el extranjero, repartidos en cuatros continentes, donde estudian 6.000 alumnos, de los cuales 1.800 son suizos.
Cerca de 500 profesores aseguran la enseñanza, la mitad de ellos son suizos.
Diplomas reconocidos en Suiza
Todos los colegios ofrecen el ciclo de enseñaza obligatoria (primaria y secundaria) y disponen de una sección de párvulos. En la mitad de ellos se pueden cursar estudios de bachillerato, que son indispensables para acceder a la universidad.
Y es que, además, el bachillerato internacional se impone cada vez más, ya que garantiza el acceso a cualquier universidad del mundo.
Suiza reconoce los diplomas que otorgan los colegios suizos de Milán, Roma, Barcelona, Madrid, Bangkok y São Paolo como equivalente al título de bachillerato helvético, tanto cantonal como federal.
Las clases se imparten en alemán y en inglés, siendo ésta la segunda lengua de enseñanza. Las escuelas de Bogotá y Río de Janeiro disponen, además, de una sección francófona.
Reconocidos por la Confederación, los colegios contribuyen a reforzar la presencia cultural de Suiza en el exterior. Asimismo incorporan las exigencias del país que los acoge al programa de enseñaza y suelen gozar de una excelente reputación por su alta calidad pedagógica.
Una iniciativa de los expatriados
Los colegios suizos en el extranjero fueron fundados a iniciativa de suizos expatriados. Los más antiguos se encuentran en Italia y su creación se remonta a fines del siglo XIX y principios del XX.
En aquella época, los suizos de expresión alemana y confesión protestante querían tener sus propios colegios, que fueran laicos y que tuvieran el alemán como lengua de enseñanza.
La segunda serie de colegios suizos se fundó poco después de la Segunda Guerra Mundial, cuando muchos alemanes expatriados tenían vetado el acceso a algunos centros de enseñanza.
En una fase posterior, se fundaron a iniciativa de los expatriados suizos que, con vistas al retorno a la patria, necesitaban escolarizar a sus hijos en una escuela cuyo sistema se correspondiera con el helvético.
Un futuro hipotecado
En los últimos años, los colegios suizos en extranjero se han visto expuestos a múltiples problemas.
En algunos lugares, la escasez de medios económicos hizo que se comenzara a cuestionar la calidad de la enseñaza y hasta la existencia, a largo o mediano plazo, de los colegios mismos, indica Rudolf Wyder, director de la Organización de Suiza del Extranjero (OSE).
Rudolf Wyder señala que la Confederación “se ha desentendido”. Las contribuciones federales se han ido reduciendo paulatinamente año tras año. En el 2002, las subvenciones descendieron al nivel de 1991 (18,5 millones de francos suizos”.
Los cantones, que también viven dificultades económicas, no han podido paliar esta situación.
“Desde mediados de los años 90, los colegios reaccionan a esos recortes con una serie de medidas”, afirma Rudolf Wyder. Por una parte, han tratado de aumentar sus propios ingresos mediante el aumento de las matrículas y del número de alumnos. Por otra, han limitado los gastos.”
Perspectivas para el 2010
La OSE ha multiplicado los esfuerzos para frenar esa erosión política y presupuestaria e intentar que la Confederación cambie de actitud.
Así se constituyó un grupo de trabajo encargado de evaluar las perspectivas a medio plazo del conjunto de colegios suizos en el extranjero. Del documento ‘Perspectivas 2010 se desprenden, en términos políticos, tres ejes principales, indica Rudolf Wyder.
En primer lugar, la formación en general y los colegios suizos en el extranjero en particular constituyen un producto helvético de exportación de primer orden.
En segundo lugar, los colegios suizos en el exterior son un instrumento importante para reforzar la presencia de Suiza en el extranjero.
Finalmente, esas instituciones pedagógicas y culturales contribuyen a mejorar el entendimiento y el intercambio entre Suiza y los países, donde están los colegios helvéticos.
Corresponde ahora a los colegios saber explotar esos recursos y encontrar un camino hacia el futuro.
swissinfo, Jean-Michel Berthoud
(Traducción: Belén Couceiro)
17 colegios suizos reconocidos en 10 países y 4 continentes
De los 6.000 alumnos, unos 1.800 son suizos
En el 2002, recibieron subvenciones por 18,5 millones de francos
Esa cifra representa el 37% de los gastos
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