El aeropuerto de Gibraltar, uno de los principales nudos del acuerdo con la UE
Algeciras (España), 12 abr (EFE).- El aeropuerto de Gibraltar, una instalación de la Royal Air Force (RAF) del Reino Unido que, además de ser utilizado por aviones militares tiene uso civil, es uno de los principales escollos en la negociación sobre el encaje de Gibraltar tras el Brexit. El aeropuerto está construido sobre el istmo, un espacio que no fue cedido a Reino Unido en el Tratado de Utrecht de 1713 por el que Gibraltar, una pequeña península situada en el sur de España, pasó a ser británica. Un aeropuerto sobre un istmo ocupado La zona fue ocupada por los británicos a principios del siglo XIX, después de que, durante una epidemia de fiebre amarilla en Gibraltar, España accediera a que en ese espacio se instalaran temporalmente barracones para acoger a las personas sanas y evitar más contagios. Lo que en principio era una medida transitoria se tornó en permanente y aquellos barracones se quedaron en el istmo e, incluso, se ampliaron. A principios del siglo XX Gibraltar levantó la Verja, una separación entre el territorio español y el británico que situó en el extremo del istmo. En 1938, en plena Guerra Civil española, los británicos decidieron construir allí un aeropuerto militar, con una pista de aterrizaje que incluyó varios centenares de metros ganados al mar. Esas aguas, como el espacio aéreo, tampoco estaban incluidas específicamente en las cesiones que recogió el Tratado de Utrecht. Y son otro de los puntos en disputa: España mantiene que, al no ser mencionadas, no se cedieron y Reino Unido y Gibraltar sostienen que no se mencionaron porque en aquel tiempo operaba la ‘ley del cañonazo’, que daba a la costa el espacio marítimo que podían alcanzar las balas. El aeropuerto está así sobre un terreno doblemente controvertido. Una solución imaginativa Después de la II Guerra Mundial, comenzó a tener un uso también civil, con vuelos a Tánger y a Londres. El 18 de septiembre de 2006 en la reunión del Foro Tripartito celebrada en Córdoba, España, Reino Unido y Gibraltar llegaron a un pacto que determinó, entre otros puntos, el uso civil conjunto de ese aeropuerto a través de una solución «imaginativa», como fue calificada entonces. Gibraltar construiría una nueva terminal civil (que se inauguró finalmente en 2012) y España construiría desde ese edificio un voladizo (que nunca se construyó) por el que los pasajeros que volaran desde un aeropuerto español a Gibraltar y que abandonasen la terminal por el acceso español serían tratados como si vinieran en un vuelo local. El 16 de diciembre de 2006, un avión de Iberia salía de Madrid y, una hora y escasos minutos después, aterrizaba en Gibraltar, casi setenta años después de que Gran Bretaña construyera un aeródromo militar en el istmo ocupado. «Aquello fue un momento de cierto júbilo en la comarca. Significaba bastante para nuestras comunicaciones, imaginábamos que iba a ayudar a que viniera gente de fuera, a promover el turismo», dice a EFE Juan José Uceda, portavoz de la Asociación Sociocultural de Trabajadores Españoles en Gibraltar. Poca demanda Casi dos años después, Iberia suspendió la ruta por motivos económicos, ya que debido a la escasa demanda había sido una ruta deficitaria desde su inauguración, según explicó entonces. La ruta, que contó en su inicio con una frecuencia diaria, había pasado a operar sólo en fines de semana, pero la ocupación apenas alcanzó un 43 por ciento. «Las circunstancias han cambiado», dice un empresario turístico de la zona, que cree que ahora esos vuelos tendrían más demanda. De la Verja al aeropuerto En la reunión celebrada este viernes en Bruselas, Reino Unido, la UE y España lograron «avances significativos» para el acuerdo sobre el encaje de Gibraltar tras el Brexit, también, según se señaló sin precisar, en cuanto al uso conjunto de este aeropuerto que demanda España. En unas negociaciones que se llevan con el máximo sigilo, no trascendió aún dónde están las líneas rojas de cada parte sobre el uso de esta instalación militar y civil. Uno de los escollos está en que, con base en el acuerdo de Nochevieja de 2020, Gibraltar entrará a formar parte del espacio Schengen al amparo de España, ya que el Reino Unido no pertenece a esta área europea de libre circulación. Con ello, la Verja desaparecería y los controles fronterizos de Schengen se trasladarían al aeropuerto y al puerto de Gibraltar. España cree que ese control lo deben asumir sus fuerzas de seguridad con el apoyo inicial de Frontex (Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas), siguiendo la tradición del espacio Schengen, algo que a Gibraltar le cuesta aceptar y que, posiblemente, demandará otra solución «imaginativa». EFE ilm/vg/jdm/rod/jam (foto) (vídeo)