Macron promete solidaridad europea con Lampedusa pero pide posiciones menos nacionalistas

París, 15 sep (EFE).- El presidente francés, Emmanuel Macron, prometió decisiones de «solidaridad europea» con Italia ante la avalancha de llegadas de inmigrantes a la isla de Lampedusa, pero en un mensaje claramente dirigido al Gobierno de la primera ministra, Giorgia Meloni, criticó sus posiciones nacionalistas.

Durante una visita a la región de Borgoña (noreste), Macron dijo que «tenemos un deber de solidaridad europea», al responder sobre la crisis generada por la llegada a Lampedusa de forma clandestina de miles de inmigrantes procedentes del norte de África.

Explicó que su ministro de Interior, Gérald Darmanin, ha estado en contacto con su homólogo italiano, que los dos gobiernos están trabajando y que «habrá decisiones sobre esta base», sin precisar lo que significará.

Recordó que Francia viene defendiendo que la Unión Europea (UE) adopte políticas para «reforzar la protección de nuestras fronteras comunes», pero también que una vez que hay personas que han entrado de forma irregular «hay que poder instruir sus casos protegiéndolas» y «eso es lo que se hará».

En concreto, se trata de determinar quiénes son candidatos al asilo y quiénes a ser expulsados y por eso -añadió- «actuaremos como siempre lo hemos hecho, con rigor, pero con humanidad».

Insistió en que «nuestro deber como europeos es no dejar sola a Italia frente a lo que vive ahora» porque «es responsabilidad de la Unión Europea por entero estar junto a Italia».

Pero no se privó de añadir, en una clara alusión al Ejecutivo de Meloni sin citarlo expresamente, que lo que ahora ocurre muestra que «los enfoques estrictamente nacionalistas tienen sus límites» y que cuando sucede lo de ahora «todos estamos contentos con que haya una solidaridad europea».

Macron ha tenido múltiples encontronazos a cuenta de las políticas migratorias con la primera ministra italiana, que por su parte reprocha a Francia entre otras cosas los fuertes controles en la frontera común para tratar de impedir el paso hacia el norte de Europa de inmigrantes clandestinos que han entrado en el Viejo Continente por Italia.

El presidente francés se enfrenta también en este asunto a un equilibrio delicado en la política interior, ya que la derecha moderada a la que trata de seducir para sacar adelante iniciativas parlamentarias le reclama más dureza con los inmigrantes, en particular que no permita la entrada de los que llegan de otros países europeos.

Por no hablar de la extrema derecha, que hace de la lucha contra la inmigración su principal baza política. EFE

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