Las organizaciones humanitarias suizas siguen trabajando en Haití a pesar del caos

Una mujer pasa junto a los restos de vehículos quemados en el centro de Puerto Príncipe el 6 de abril. KEYSTONE

Las organizaciones suizas de ayuda humanitaria no han abandonado Haití a pesar del caos reinante. Aunque la capital, Puerto Príncipe, lleva varias semanas expuesta a la violencia de las bandas criminales, su labor en otros lugares del país continúa con normalidad.

La organización de ayuda de la Iglesia Protestante Reformada (Heks) tiene unas 40 personas empleadas trabajando en Haití. La directora Marie-Jeanne Hautbois, la única extranjera, fue evacuada el 19 de febrero. Está coordinando sus equipos desde el extranjero.

Hautbois, que actualmente vive en Francia, declaró a la agencia de noticias suiza Keystone-SDA que la escalada de violencia estaba afectando especialmente a la capital, Puerto Príncipe, sus suburbios y el cinturón urbano, así como a otras ciudades como Gonaïves, en el norte. Hautbois explicó que Heks actúa en el departamento de Grand’Anse, en el extremo suroeste de la isla dividida. La estructura organizativa descentralizada está demostrando ser una ventaja.

Según Hautbois, gran parte de Haití está relativamente tranquila y la vida transcurre casi sin sobresaltos. Sin embargo, las zonas se ven gravemente afectadas por las restricciones a la circulación de personas y mercancías, los “atascos” en el abastecimiento y la constante subida del precio de los alimentos básicos.

La organización humanitaria Cáritas también ha suspendido sus actividades en Puerto Príncipe debido al aumento de la violencia. Sin embargo, un equipo sigue sobre el terreno en Cayes, en el sur del país.

Como primera medida, Helvetas trasladó su oficina de la capital a Jacmel, donde la situación sigue siendo tranquila, según una portavoz. El personal que sigue trabajando en Puerto Príncipe limita su movilidad al mínimo, explica.

En Helvetas trabajan unas 30 personas. La directora cumple sus funciones desde el extranjero. La organización de ayuda mantiene sus proyectos de suministro de agua y rehabilitación, así como sus programas de empleo para jóvenes.

Los socios siguen trabajando

Fastenaktion (antes Fastenopfer) está concentrando sus actividades en el norte de Haití, donde las zonas rurales se han librado hasta ahora en gran medida de la violencia de las bandas, según ha declarado. La mayoría de las organizaciones contrapartes locales seguirán trabajando como de costumbre.

Fastenaktion apoya actualmente los proyectos locales a distancia con un coordinador local desde Puerto Príncipe. Según un portavoz, este coordinador se ve obligado a permanecer en casa y no viajar sobre el terreno.

Terre des Hommes Suiza ha trasladado a su personal de la capital a zonas más seguras. Según la organización, los empleados que ya trabajan en el sudeste del país no se ven directamente afectados por los riesgos de seguridad.

Terre des Hommes Suiza cuenta con un equipo de seis empleados locales en Haití. Trabajan con socios en varias escuelas. Estos colegas disponen de comunicación por satélite para mantener el contacto en caso de fallo de la red, según la organización.

La Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE) retiró a finales de marzo a su personal de la oficina humanitaria internacional de Haití. Con la ayuda de Francia, evacuó a la población a Santo Domingo, en la República Dominicana, país con el que Haití comparte la isla de La Española.

En abril, Suiza desbloqueó 1,4 millones de francos suizos (1,5 millones de dólares) en concepto de ayuda de emergencia ante la grave crisis que atraviesa el Estado caribeño. Haití está asolado por la violencia de las bandas y la inestabilidad política. El Ministerio de Asuntos Exteriores ha desaconsejado viajar al país desde junio de 2022.

Texto adaptado del inglés por Carla Wolff