Vista sobre las montañas al este de Al Janoudiyah, Provincia de Idlib.
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Algunos aldeanos y miembros de las unidades de defensa huyeron rodeando los campos de olivas cuando comenzó el ataque por la mañana. La mayoría de los habitantes no logró escapar. Kureen, provincia Idlib.
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Una manifestación de aproximadamente 1.000 personas después de la plegaria del viernes en el Pueblo de Al Kastan, Provincia de Idlib.
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Vista del pueblo de Kureen después de que fuera atacado por tropas sirias el pasado 22 de febrero. Provincia de Idlib.
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Un muchacho delante de una casa totalmente destruida después de un asalto del ejército sirio.
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Los habitantes de Kureen, Provincia de Idlib, se reúnen para el entierro de cuatro hombres y una mujer muertos durante un ataque militar contra el pueblo en febrero.
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Un soldado del Ejército Sirio Libre sube a un árbol para tener una mejor vista de su pueblo, sometido a un intenso bombardeo.
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Cuatro víctimas del ataque contra el pueblo de Kureen son preparadas para su entierro. Provincia Idlib.
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Miembros del Ejército Sirio Libre entran a su país desde Turquía por un improvisado cruce del río cerca de Al Janoudiyah, Provincia de Idlib
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Orificios de proyectiles en la puerta de entrada de una pequeña tienda de moda saqueada por tropas sirias.
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Unos niños intentan trepar la pared de una mezquita para poder ver los cadéveres de siete personas ejecutadas. Provincia de Idlib.
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En febrero el ejército sirio atacó y saqueó el pueblo de Kureen, una de las primeras poblaciones del noroeste del país en ser controlada por la oposición.
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Soldados del Ejército Sirio Libre descansan en medio de su extenuante travesía a través de la montañosa frontera con Turquía, Al Janoudiyah.
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La propietaria de un negocio sale de su tienda saqueada por los miembros del ejército sirio.
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Un soldado del Ejército Sirio Libre pasa al lado del graffiti de un cráneo en una pared en la oficina central de expedientes del FSA en Al Janoudiyah, Provincia de Idlib.
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Los cadáveres de siete hombres fueron descubiertos en una casa abandonada en el sur de Idlib. Todas las víctimas habían sido detenidas por la policía siria dos meses antes, sus cuerpos estaban esposados y presentaban tiros de gracia.
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El fotógrafo alemán Timo Vogt pudo entrar en Siria, junto con un grupo de rebeldes, desde Turquía. Ha estado en el país en dos ocasiones durante los últimos meses. Sus imágenes son un testimonio del conflicto, incluida la masacre de Hula.
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Hace más de un año que los sirios se levantaron contra su gobierno. Desde el inicio de su búsqueda de libertad y de mayor democracia se enfrentan a una represión sistemática.
La comunidad internacional está indignada por la violenta respuesta del régimen a las manifestaciones populares, en su mayoría pacíficas. La ONU parece incapaz de encontrar un terreno para ejercer suficiente presión sobre el régimen de Bashar al-Assad. (Imágenes, Timo Vogt / Randbild)
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