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Fumio Kishida, un primer ministro japonés poco carismático y amante del béisbol

El primer mnisitro japonés Fumio Kishida en una conferencia de presan en la sede de su partido PLD en Tokio el 1 de noviembre de 2021 afp_tickers

El primer ministro japonés Fumio Kishida, que lideró a su partido a una victoria en las elecciones legislativas del domingo, es un político poco carismático, amante de béisbol y con una reputación de hombre que busca compromisos.

De 64 años y diputado de Hiroshima (oeste de Japón), Kishida sigue las huellas de su padre y su abuelo como miembro de la cámara baja del Parlamento desde 1993.

En septiembre se convirtió en el líder del Partido Liberal Democrático (PLD), luego de que su antecesor, Yoshihide Suga, renunciase a su cargo tras un año, en parte debido al descontento popular con su respuesta a la crisis del covid-19.

Kishida, nombrado primer ministro por el Parlamento a principios de octubre, tampoco goza de la popularidad de la opinión pública, ya que asumió en su cargo con un 50% de apoyo, una de las tasas más bajas para un nuevo dirigente japonés desde hace veinte años.

Kishida dijo el lunes que el resultado de las legislativas del domingo fue un espaldarazo para su gobierno y el PLD, que ha gobernado de forma casi continua desde los años 1950. El PLD y su socio de coalición Komeito obtuvieron 293 de los 465 escaños en la cámara baja del Parlamento.

– Bajo influencia –

Quien fuera ministro de Relaciones Exteriores entre 2012 y 2017 fue elegido por los grandes barones del PLD por su espíritu de consenso y su voluntad de escuchar a todo el mundo.

“El número de personas sobre las que Kishida puede influir es más bien bajo, pero el número de personas que tienen poder sobre él es elevado. Es su mayor riesgo”, asegura Takuma Oohamazaki, experto de la consultora política J.A.G. Japan Corp.

El programa de Kishida es continuista con la política económica de sus predecesores, Yoshihide Suga y Shinzo Abe (2012-2020).

Pero también quiere luchar contra las desigualdades sociales que se empezaban a vislumbrar en Japón antes de la pandemia. Sin embargo, el “nuevo capitalismo” que proclama este exbanquero parece, por el momento, muy poco definido.

En el marco diplomático, no parece que vaya a haber cambios. Japón sigue siendo un aliado fiel de Estados Unidos y, aunque cada vez mire con más desconfianza hacia China, Tokio no desea una escalada de tensión con su primer socio comercial.

– Programa nuclear y béisbol –

La misma indecisión se observa en los temas sociales. Kishida afirma “que no ha llegado el momento de aceptar el matrimonio entre personas del mismo sexo”, a pesar de que la opinión pública es ampliamente favorable a su aprobación.

También muestra sus reservas a permitir que las mujeres casadas puedan mantener su apellido después del matrimonio.

A pesar de que Kishida había impulsado la visita de Barack Obama a Hiroshima en 2016 (la primera de un presidente de EEUU en el cargo), Kishida no tiene la intención de firmar el Tratado Internacional sobre la Prohibición de las Armas Nucleares, ya que Japón se beneficia del paraguas de defensa nuclear de Estados Unidos.

Kishida pide también retomar el programa nuclear civil de Japón, muy limitado después de la catástrofe de Fukushima en 2011, y que sigue siendo un tema muy sensible en la opinión pública japonesa.

Amante del béisbol, el deporte de equipo más popular en Japón, que incluso practicó durante su juventud, Kishida es hincha de los Hiroshima Toyo Carp, el club de su feudo familiar y político.

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