Víctimas argentinas de abuso sexual en la niñez reclaman acción a los Estados
Madrid, 28 mar (EFE).- Víctimas argentinas de abuso sexual en la infancia reclamaron este martes en Madrid que la sociedad, los gobiernos y la justicia tomen conciencia para actuar contra esta lacra, que afecta a “uno de cada cinco niños” en el mundo y es un “tabú” que “aún no es prioridad para los Estados”.
En la presentación del libro “Somos sobrevivientes, crónicas de abuso sexual en la infancia”, celebrado en la Embajada de Argentina en España, Silvia Piceda y Sebastián Cuattromo contaron su historia y reclamaron más contundencia por parte de los sistemas judiciales para perseguir estos delitos.
El embajador argentino en España, Ricardo Alfonsin, valoró el trabajo de ambos activistas, fundadores de la asociación civil “Adultxs por los derechos de la infancia”; llevan “diez años visibilizando este problema”.
Cuattromo y Piceda, que también pasaron por Bélgica o Marruecos en una gira de presentación, recordaron que la “mayoría de los abusos se dan en el ámbito intrafamiliar”, por lo que pidieron convertir a los niños en “sujetos de derecho” y darle a este asunto “centralidad política e institucional”.
Cuattromo fue víctima a los 13 años de un profesor de una escuela religiosa marianista que fue condenado por “corrupción de menores a veinte años después de cometer el delito”.
Subrayó que estos abusos “se dan en todos los sectores sociales, culturales y económicos”.
SOBREVIVIR CON DOLOR Y SILENCIO
Cuattromo insistió en que a él le tocó “ser víctima de esta injusticia” y además “sobrellevarla en silencio y soledad durante toda una década”.
El activista compartió que, además de ese abuso en la escuela, también fue víctima de violencia y abusos en su propia casa, donde tampoco lo escucharon cuando quiso denunciar a su profesor.
Así, tuvo que atravesar una experiencia “absolutamente traumática”, llena de “silenciamiento”.
“Todo ese dolor lo sobrellevé durante diez años -se sinceró-, y hasta mis 23 años no logré ponerle palabras a toda esa experiencia, y afloró en mí la convicción de que lo que me había sucedido era delito”.
Por su lado, Piceda pidió a la sociedad “ponerse de acuerdo para salir a cambiar la suerte de niños y niñas de hoy”.
Asumió que “cada vez son más los sobrevivientes adultos” los que salen “a hablar”, pero estas acciones “aún no impacta en los niños ni en los sistemas judiciales” para prevenir los abusos.
La activista criticó que esta lacra “no sea una prioridad para los Estados”.
Ella fue víctima de abuso en la infancia por parte de su tío y un compañero de trabajo de su padre.
Ya como madre, tuvo que enfrentarse al sistema judicial argentino, que no la creyó cuando fue a denunciar al padre de su hija, que había abusado de la hermana de la menor.
Por ello, pidió un cambio radical del sistema judicial así como que las sociedades se comprometan “seriamente” para detener los abusos.
“Cuando uno está en el medio, quizá no consigue verlo, pero sí puede ver nuestro sufrimiento la vecina, el vendedor, el señor que maneja el autobús… Toda la aldea puede observar que ese niño o niña es víctima de abuso. ¡Estemos atentos!”, enfatizó. EFE
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