Praga recuerda al hombre que salvó las cenizas de víctimas españolas del nazismo

Praga, 15 abr (EFE).- Un placa conmemorativa de Frantisek Suchy (1927-2018), un director de crematorio checo que salvó las cenizas de siete españoles asesinados cerca de Praga por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial, fue inaugurada este martes en el cementerio praguense de Strasnice.

Suchy desoyó las órdenes de los nazis, que mandaron deshacerse de esas cenizas sin identificarlas, y preservó así los restos de casi 2.000 personas (en su mayoría checas) de la resistencia contra el ocupante alemán.

Entre estos fusilados estaban también siete republicanos españoles, según consta en las listas secretas y urnas individuales que escondió el checo.

Familiares de las víctimas se reunieron hoy en el crematorio de Strasnice, donde reposan esas cenizas, para ofrecer un homenaje a estos «héroes anónimos», según los recordó Antón Gandarías, sobrino de Anjel Lekuona, recordado también en el documental «Cenizas», del realizador vasco Oier Plaza y que se estrena esta noche en Praga.

Además de Lekuona, durante el protectorado nazi sobre Bohemia (1939-1945) murieron en el campo de concentración de Hradisko, a 50 kilómetros de Praga, otros seis españoles: Antonio Medina García, Enric Monet Castell, Rafael Moyá Pujol, Vicente Vila Cuenca, Pedro Raga Castell y Antonio Clemente Jódar.

Sus cenizas «reposan aquí mismo, esas pobres personas que fueron hechos presos, torturados, desgastados sus cuerpos mediante el castigo, obligados a realizar trabajos forzosos, sin apenas alimentación», dijo Gandarias.

«Para nosotros es complicado porque nunca se habló de esto en casa y (el abuelo, hijo de la víctima) tenía cinco añitos cuando su padre (Enric Monet) se fue a la guerra», recuerda Carla Junca Monet, bisnieta de Enric Monet.

«Es bueno saber dónde está, es emocionante, porque ahora conocemos dónde ha vivido, qué ha pasado, cómo han sido tratados», añade Junca Monet.

Hradisko era uno de las decenas de campos adjuntos del gran campo de concentración nazi de Flossenbürg, situado en lo que hoy es la frontera entre Alemania y la República Checa.

En un parque cercano al crematorio, que lleva el nombre de Suchy, se ha plantado un retoño del Árbol de Guernica, el roble que se alza delante de la Casa de las Juntas de la localidad vizcaína, y de cada uno de los lugares españoles de procedencia de las víctimas se han traído bolsas de arena para el árbol.

Además de familiares, diplomáticos, militares, amigos, al acto asistió también Aitor Aretxaga, alcalde de Bustoria, de donde procedía Lejuona.

«Es el inicio de una relación no sólo para recordar a nuestro vecino asesinado en Hradisko, sino un futuro de conocimiento mutuo cultural, y de transmisión económica y social en temas de educación y deporte», dijo a Efe Aretxaga, cuyo municipio mantiene un hermanamiento con Hradisko. EFE

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