Mercosur presiona a Venezuela y busca más comercio
El Mercosur exigió este jueves a Venezuela, su socio suspendido, respetar la democracia y los derechos humanos y proclamó su voluntad de apertura comercial en un mundo cada vez más tentado por el proteccionismo.
«El Mercosur termina el año revigorizado», dijo el presidente de Brasil, Michel Temer, al abrir la cumbre semestral del bloque que completan Argentina, Paraguay y Uruguay.
Temer dijo que en 2017 se tomaron medidas «para rescatar la vocación original del bloque para el libre mercado, la democracia y los derechos humanos».
En ese contexto Venezuela, apartada del bloque este año debido al sesgo autoritario atribuido a su gobierno, fue presionada a solucionar su crisis política dentro de los carriles democráticos.
«Desde el Mercosur reiteramos nuestro llamado a respetar los derechos humanos, a la libertad de los presos políticos y a la pronta adopción de un calendario electoral capaz de garantizar un proceso abierto y transparente», dijo el presidente de Argentina, Mauricio Macri, durante su intervención.
Temer remarcó que el Mercosur volverá a acoger a Venezuela cuando ese país vuelva «a la democracia».
La oposición venezolana asegura que unos 300 de sus militantes están presos por orden del gobierno, que a su vez niega que en Venezuela haya «presos políticos». Al mismo tiempo el gobierno de Nicolás Maduro es acusado controlar los poderes del Estado e ignorar al Congreso controlado por la oposición.
El presidente de Bolivia, Evo Morales, cuyo país es miembro asociado del Mercosur pero también aliado de Venezuela, marcó su desacuerdo.
«No entendemos cómo un estado miembro está ausente cuando hablamos de integración», dijo durante la sesión de la cumbre.
– Más comercio –
Los presidentes coincidieron en batallar por un Mercosur abierto al mundo para enfrentar los brotes proteccionistas que tienen al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, como principal impulsor.
«El aislacionismo va en contra del desarrollo», remarcó Temer, quien al igual que Macri defendió el multilateralismo tan atacado actualmente por Washington.
El Mercosur parece estar a las puertas de cerrar un acuerdo de libre comercio con Unión Europea (UE) tras casi dos décadas de negociaciones.
Técnicos de ambos bloques procuran ajustar el proceso de apertura comercial y se espera que en enero se haga el anuncio.
El presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, se mostró más crítico en relación a las negociaciones con la UE.
«Es el turno de la Unión Europea. Que quede claro. Que no se responsabilice a este bloque de poner obstáculos para llegar a ese acuerdo», dijo Vázquez. «No estamos dispuestos a perder el tiempo en negociaciones que conducen a la nada».
El Mercosur esperaba cerrar el acuerdo la semana pasada, pero los europeos pidieron tiempo para evaluar algunos aspectos de la oferta sudamericana.
«No es posible que lleguemos al acuerdo y llegado al acuerdo se nos establezcan nuevas metas y nuevas intenciones», se quejó el presidente uruguayo.
Ambas partes deben ponerse de acuerdo en varios puntos pero especialmente en carne y etanol, dos ítems cuya apertura es muy resistida por los agricultores europeos.
Pero el Mercosur, que ofrece abrir un mercado de 300 millones de personas, encaminó en 2017 diversos acuerdos comerciales, por ejemplo con Egipto, y tiene en agenda otros, entre ellos con la Alianza del Pacífico (Chile, Colombia, México y Perú), Canadá, Singapur y Corea del Sur.
En lo que se refiere al comercio entre los miembros del Mercosur, Brasil dijo que se eliminaron varias barreras que complicaban las exportaciones.
Durante las deliberaciones en Brasilia se aprobó un muy postergado acuerdo que elimina barreras a las compras públicas. Eso permitirá que empresas extranjeras participen en pie de igualdad de licitaciones públicas de los países vecinos.
En líneas generales, el acuerdo regirá para aquellas compras de al menos USD 130.000 para las compras de bienes y servicios y de un mínimo de 20 millones de reales (unos 6,15 millones de dólares al cambio actual) en el caso de las obras, sin límite máximo, según explicó un técnico del Ministerio de Planificación de Brasil que participó de las negociaciones.
Aunque no abarca todo el universo de las compras públicas del Mercosur -un mercado estimado en unos 80.000 millones de dólares-, el acuerdo puede ser ampliado en un futuro y muchos detalles dependerán de su efectiva implementación, precisó la misma fuente.
Temer dijo que el pacto, que debe ser ratificado por el parlamento de cada país, asegurará «transparencia» en las licitaciones y brindará oportunidades de negocios para todos los socios del bloque.
La cumbre de Brasilia cierra el semestre en el que el Mercosur fue presidido por Brasil. Temer entregó la conducción rotativa del bloque al presidente de Paraguay, Horacio Cartes.